Diálogo con vecino
desconocido (2) (En realidad ya no desconocido) y su mascota Lady. (22/01/2013)
Estoy volviendo de dar un
paseo – agradable porque la arena está mojada, aunque el tiempo está pesado
como vaca alzada – y un poco frustrante porque no he tenido ninguna charla para
informar en FB. De pronto, doblando una esquina aparecen …. Sí! Lady (la
Batata) y su dueño!!! (Parece que ya se aclimató –el amo, no el can – así que
viste bermudas, remera al tono y zapatillas que si eran blancas, ya están tono
‘arena’)
V: “Buenas tardes.”
Yo: “ Cómo le vá? Hola
Lady!” (Más entusiasmo para el can que para el humano)
V: “Todo bien. Está lindo
ahora, no?” (Si a vos te parece! 30º y
sol después de lluvia, además de la presión que está más baja que cotización
del peso argentino en el exterior!) Lady me mira y parece estar en todo de
acuerdo conmigo. “Estamos dando el paseo diario. ¿No, Lady?” (La verdad, los
efectos de los paseos se notan más en Lady que en su dueño!)
Yo: (Le rasco la oreja
derecha – al can, por supuesto) “Es hermosa y también parece muy cariñosa”
(Para qué hice el comentario!)
V: “Más cariñosa que mi
mujer!” Y se larga una carcajada que espanta los pájaros del árbol bajo el cual
estamos parados. Lady me mira como diciendo: ‘Ay! Mis oídos!’ Y yo pienso que
Lady tiene suerte de ser perra y no la Sra. del susodicho. “Siempre le digo a
Chochi (Noooooooo! No puede llamar así a su mujer!) que Lady es una Geisha
reencarnada” (¿Escuché bien o la baja presión me está afectando?) “Le digo que
se ponga patas para arriba para rascarle la panza, y lo hace. Le tiro algo para
que lo busque, y lo busca. Le digo ‘besale la mano a papi’ y me lame la mano!”
(No sé si largarme una carcajada o vomitar! Debe ser la baja presión!) Lady me
mira como diciendo: ‘Y sí, lo que hay que hacer para morfar!)
Yo: (Temiendo continuar la conversación en esta
vena con la presión tan baja) “Bueno, que disfruten el paseo!” (Lady me mira
como diciendo: ‘Hipócrita!’ y realmente me siento mal por ella). “La presión
está un poco baja, así que mejor sigo.”
V: “Quiere algo para la
presión? Chochi también sufre de presión baja. Tengo de todo en casa”(Más bien
creo que Chochi debe sufrir de ‘Depresión’)
Yo: “No. Gracias. Hay que sentarse a esperar la
tormenta no más.” (Ay! ¿No puedo decir algo que corte la conversación?)
V: “Quedarse sentado es
lo peor!”(¿Será médico?) “Siempre que a Chochi le baja la presión, la meto en
la pileta” (Deducciones instantáneas: NO
es médico y acabo de escuchar un plan de asesinato de la pobre Chochi, me
parece)
Yo: “Ah! Bueno, entonces
me voy a la pile.” (Lady me mira como diciendo ‘Mentirosa!’) “Hasta luego!”
V: “ Y cómase unos
terrones de azúcar!”, me grita. Lo saludo con la mano y los dejo parados bajo
el árbol.
Sigo – haciendo eses – no
por la presión u otra cosa que se estén imaginando – sino para ir de sombra en
sombra, y pienso: Primero, quién tiene terrones de azúcar en su casa?!!
Segundo, ¿y si fuera diabética? Tercero: no hay cosa más peligrosa que alguien
que cree saberlo todo.
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