Diálogo con trabajador
comunal (placero): (16/01/2013)
Voy llegando a la plaza y
veo que cortaron los yuyos. Bien! Tomo la diagonal que la atraviesa (caminito
de cemento) y a cada paso descubro botellas rotas, bolsas de plástico aquí y
allá, vasitos de yogurt, y todo otro tipo de basura que se les pueda ocurrir
(sí, esas cosas también!). Casi llegando a la esquina este veo al placero (Ojo!
No es un plan trabajar o contratado – es parte de la planta permanente de la
comuna). Está sentado – como siempre de 7 a.m.
a 11 a.m. en ‘su’ banco – justo al lado de una construcción muy linda donde
guarda las herramientas. No sé qué otras herramientas a parte del rastrillo que
una vez ví guarda allí.
Yo: “Buen día.”
P: “Bueenas” (Hasta
desganado para hablar es!)
Yo: “Qué mugre, eh?” Giro
la cabeza un poco – para señalar toooda la mugre tendría que girarla 360º como
la protagonista del exorcista.
P: “Vió? Gente
mugrienta!” Bueno, en eso tiene razón.
Yo: “Tiene que limpiar
ud. o viene alguien a ayudarlo?” Trato de sonar comprensiva ante la
‘abrumadora’ tarea que supone amontonar la basura en las esquinas para que el
camión la levante.
P: “Naa. Yo.” Lo dice
como convicto sentenciado a muerte que ya ha aceptado su destino. “Pero tendría
que haberlo hecho antes. Ahora el sol está muy fuerte” (Son las 9:45 a.m.) “A
una edad uno se tiene que cuidar del sol. Y además, con esta humedad me duele
todo el cuerpo. Tengo reuma, sabe?”
Yo: “Ah”
P: “Porque parezco joven,
pero nó. Tengo mis años. Cuánto me dá?” Ay! Cómo llegó a este punto la
conversación? Trato de ir sobre seguro:
Yo: “Y más o menos como
yo, no?”
P: “Naa. Ud. es mucho más
joven!” (Qué alivio! Si me decía lo contrario, lo curaba del reuma a patadas!) “Pero
nadie me dá la edad. Me faltan unos meses para jubilarme” (Qué!!!! Que no me
joda! Si no llega a los 60!)
Yo: “Ah, sí? Pero todavía
no tiene la edad, no?”
P: “Yyyy. Por ahí ando. Y
con lo del reuma……” (O sea: me voy a jubilar a como dé lugar). Casi le pregunto
cómo va a hacer, a ver si esta docente puede hacer lo mismo! Pero me dá
vergüenza ajena y digo, un poco ácida:
Yo: “Pero entonces lo
tendrían que cambiar de lugar. No sé. Ponerlo en otro tipo de trabajo.” (La
acidez, bien gracias. No registrada)
P: “Naaa. Acá estoy
bien.” Se levanta y se dirige a la ‘casita de las herramientas’. ‘Bueno’,
pienso, ‘se va a poner a laburar’. “Hasta luego Sra. Es hora de unos mates.”
(Cómo no va a ‘estar bien’ en este puesto!)
Yo: “Hasta luego.” (Qué
otra cosa puedo decir?!) “Y cuídese el reuma!” (Ironía que, o no escucha, o no
le llega)
Sigo mi camino y no puedo
evitar pensar en Micho (ver diálogo con trabajador agrícola…). Y sí, en
cualquier lado encontrás las dos caras de este país….
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