Díalogo con ‘mi otro yo’ al
día siguiente del día internacional de la felicidad
Yo: “Pero mirá vos! Ayer
fue el día internacional de la felicidad!”
MOY: “Y seguimos con los
días internacionales de las boludeces!”
Yo: “La felicidad no es
una boludez, como vos decís. ¿Y no podés mejorar tu vocabulario un poco?”
MOY: “A que no sabés que ‘felicidad’
quiere decir ‘estado de ánimo del que disfruta de lo que desea’? Si es así, no
muchos son felices!”
Yo:(Sarcásticamente) “¿Buscaste
la definición en Wikipedia?”
MOY: “No, en ‘wordreference.com’.
Yo sí me fijo si las palabras que uso significan lo que creo. Y ‘boludez’
significa lo que yo creo que significa!” (No la iba a dejar pasar!)
Yo: (Constatando en el
sitio lo que MOY menciona) “Ajá! Pero vos mirás sólo la primera acepción de la
palabra! Fijate la segunda: ‘satisfacción, alegría o contento’.”
MOY: “Es lo mismo. Por
qué más vas a sentir satisfacción, alegría o contento sino por disfrutar de lo
que deseás?”
Yo: “¿Por qué tenés que
enredar todo? ¿Naciste discutidora? ¿O te hiciste jodida con los años?”
MOY: “¿En serio querés
que te conteste?” (Para nada velada amenaza que surte efecto)
Yo: “No. Dejá no más. (Y
me apuro a seguir) Pero fijate que relacionan la felicidad con el bienestar
físico. Parece que si estás contento, sos más fuerte contra las enfermedades!
Interesante, no?”
MOY: “Me imagino que no
pensarás que porque vivís riéndote, el pucho no te va a afectar los pulmones,
no?” (Pero qué HDP!)
Yo: (Ya más que enojada)“¿Sabés
qué? Creo que si me deshiciera de vos, sería más feliz!”
MOY: “Ummm. A lo mejor.
Pero acordate de la famosa cita de Tolstoi: ‘el secreto de la felicidad no está
en hacer siempre lo que se quiere, sino en querer siempre lo que se hace’.”
Y como de costumbre, se
queda con la última palabra!
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