miércoles, 15 de enero de 2014

Diálogo con trabajador comunal.

Estoy mirando los yuyos en el lote vacío aledaño a mi casa y pensando que otra vez voy a tener que meterme en el yuyal con la bordeadora (Word me subraya la palabra ‘bordeadora’ y ¡no quieran saber las opciones que me da!!!) cuando veo un tractor de la comuna y le hago señas al TC.

TC: “Hola doña. ¿Cómo le va? Tiene linda la quinta, ¿eh? Un tiempito atrás era un yuyal.” (¡QTP! Pero me diste el pie justo)
Yo: “ ¡Yuyal es esto!” (señalando el baldío) “Menos mal que venís a cortar.” (En una de esas tengo suerte, se apiada de mí, y lo hace)
TC: (Riéndose) “No doña, esto es un arado” (Suena como yo presentando una vocal y su símbolo fonético a los alumnos al tiempo que señala el arado tras el tractor)
Yo. “Sí, ya sé. Es un arado de 7 discos. Con esto en un rato lo dejás limpito, limpito.”
TC: (Le da trabajo cerrar la boca ya que la mandíbula inferior bajó unos 5 cm por la sorpresa que yo sepa lo que es un arado) “E… sí, pero no lo usamos para cortar los yuyos.” (Con aire de superioridad tentativo – puedo saber qué es un arado pero no para qué sirve)
Yo: “La última vez que cortaron” (empezaron a las 7 de la mañana dicho sea de paso) “usaron un arado. Cómo será que yo pensé que iban a sembrar algo.” (¡Tomá! También sé para qué se usa)
TC: “ ¡Ah! Debe hacer sido algún nuevo (entiendo esto como ‘algún empleado nuevo’). Para esto tenemos motoguadañas” (A Word le gustaría que lo escribiese por separado: moto -guadaña – ¡de no creer!) “Son_”
Yo: “Sé lo que son. Pero acá siempre limpiaron con arado. Y las guadañas que he visto son para uso de mano.” (Miro el lote que es enorme) “¿Te parece que vaya a la comuna y pida que alguien venga a cortar con una de ésas?”
TC: (Seguramente pensado que tal vez le toque a él esa para nada grata tarea) “No. No. Pida que limpien el lote no más.” (Claro. Así usas el arado, ¿eh?) “Va a tener que llenar una nota de pedido.”
Yo: “¿Eh?” (Se me debe notar la mezcla de sorpresa y bronca en la cara)
TC. “Y, sí. Ahora tiene que quedar todo registrado, ¿vió?”
Yo: “Pero si uds. andan dando vueltas todo el día y ven lo que hay que hacer. ¿No pueden informar uds. que hay basura en tal lado, que hay un animal muerto en otro, o que en este lote los yuyos ya llegan a la altura de mi techo, por ejemplo?”
TC: “Nah. Todavía no están ni del alto de las ventanas, doña.” (¡Era una hipérbole, hermano!) “Dése una vuelta por la comuna” (Como si fuera un paseo lo dice) “y haga el pedido. Va a tardar un poco, pero yo le prometo que cuando lo vea me hago un tiempito a principio de día y vengo.” (¡Y otra vez eso será a las 7 a.m., ¿no?)
Yo. “¿Será antes de la próxima lluvia? Porque si nó, en serio los yuyos me van a tapar la casa.”
TC: “Y… va a tardar en volver a llover polenta.” (O sea, esperá sentada que limpien por ahora)
Yo: “Y bueno. Tendré que entrar con la bordeadora y limpiar como pueda por lo menos dos metros desde mi tejido…” (Ya apelo a darle lástima, miren)
TC: “Yo le diría que va a tener que hacer unos tres metros más o menos.” (¡Pero qué HDP!)
Yo: (Ahora apelo a una media mentira) “¿Sabés qué? Me voy a ir a la comuna y les voy a decir lo que me pasó. Encontré una víbora en mi terreno. (Eso fue hace tiempo, pero bué, dicen que el tiempo es relativo) Y seguro vienen de esta mugre que tengo al lado. ¿Mirá si me pica? No puede ser que _”
TC: “¿La mató?” (Ya a esta altura tengo ganas de rebolearle una yarará por la cabeza)
Yo: “¡Claro que la maté! Y no me digás que siempre andan de a dos porque ya lo sé.”
TC: “Capaz que así el trámite sea más rápido. Bueno, doña, sigo porque tengo que limp- eh – arar cerca del terraplén. ¡Que haya suerte!” (¡Suerte tenés vos que yo no te acogote!)
Yo: “Bueno, gracias de todos modos.” (O sea, ‘gracias por nada’)
TC: “Nos estamos viendo”


Y arranca, levantando arena a lo loco, y yo me quedo pensando que en este país la burocracia es como esas semillas que vuelan con el viento y donde caen crecen… La ‘plantita’ Burocracia crece más rápido que los yuyos del lote baldío después de una lluvia.

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