Diálogo con trabajador comunal.
Estoy mirando los yuyos en el
lote vacío aledaño a mi casa y pensando que otra vez voy a tener que meterme en
el yuyal con la bordeadora (Word me subraya la palabra ‘bordeadora’ y ¡no
quieran saber las opciones que me da!!!) cuando veo un tractor de la comuna y
le hago señas al TC.
TC: “Hola doña. ¿Cómo le va?
Tiene linda la quinta, ¿eh? Un tiempito atrás era un yuyal.” (¡QTP! Pero me
diste el pie justo)
Yo: “ ¡Yuyal es esto!” (señalando
el baldío) “Menos mal que venís a cortar.” (En una de esas tengo suerte, se
apiada de mí, y lo hace)
TC: (Riéndose) “No doña, esto es
un arado” (Suena como yo presentando una vocal y su símbolo fonético a los
alumnos al tiempo que señala el arado tras el tractor)
Yo. “Sí, ya sé. Es un arado de 7
discos. Con esto en un rato lo dejás limpito, limpito.”
TC: (Le da trabajo cerrar la boca
ya que la mandíbula inferior bajó unos 5 cm por la sorpresa que yo sepa lo que
es un arado) “E… sí, pero no lo usamos para cortar los yuyos.” (Con aire de
superioridad tentativo – puedo saber qué es un arado pero no para qué sirve)
Yo: “La última vez que cortaron”
(empezaron a las 7 de la mañana dicho sea de paso) “usaron un arado. Cómo será
que yo pensé que iban a sembrar algo.” (¡Tomá! También sé para qué se usa)
TC: “ ¡Ah! Debe hacer sido algún
nuevo (entiendo esto como ‘algún empleado nuevo’). Para esto tenemos
motoguadañas” (A Word le gustaría que lo escribiese por separado: moto -guadaña
– ¡de no creer!) “Son_”
Yo: “Sé lo que son. Pero acá
siempre limpiaron con arado. Y las guadañas que he visto son para uso de mano.”
(Miro el lote que es enorme) “¿Te parece que vaya a la comuna y pida que
alguien venga a cortar con una de ésas?”
TC: (Seguramente pensado que tal
vez le toque a él esa para nada grata tarea) “No. No. Pida que limpien el lote
no más.” (Claro. Así usas el arado, ¿eh?) “Va a tener que llenar una nota de
pedido.”
Yo: “¿Eh?” (Se me debe notar la
mezcla de sorpresa y bronca en la cara)
TC. “Y, sí. Ahora tiene que
quedar todo registrado, ¿vió?”
Yo: “Pero si uds. andan dando
vueltas todo el día y ven lo que hay que hacer. ¿No pueden informar uds. que
hay basura en tal lado, que hay un animal muerto en otro, o que en este lote
los yuyos ya llegan a la altura de mi techo, por ejemplo?”
TC: “Nah. Todavía no están ni del
alto de las ventanas, doña.” (¡Era una hipérbole, hermano!) “Dése una vuelta
por la comuna” (Como si fuera un paseo lo dice) “y haga el pedido. Va a tardar
un poco, pero yo le prometo que cuando lo vea me hago un tiempito a principio
de día y vengo.” (¡Y otra vez eso será a las 7 a.m., ¿no?)
Yo. “¿Será antes de la próxima
lluvia? Porque si nó, en serio los yuyos me van a tapar la casa.”
TC: “Y… va a tardar en volver a
llover polenta.” (O sea, esperá sentada que limpien por ahora)
Yo: “Y bueno. Tendré que entrar
con la bordeadora y limpiar como pueda por lo menos dos metros desde mi
tejido…” (Ya apelo a darle lástima, miren)
TC: “Yo le diría que va a tener
que hacer unos tres metros más o menos.” (¡Pero qué HDP!)
Yo: (Ahora apelo a una media
mentira) “¿Sabés qué? Me voy a ir a la comuna y les voy a decir lo que me pasó.
Encontré una víbora en mi terreno. (Eso fue hace tiempo, pero bué, dicen que el
tiempo es relativo) Y seguro vienen de esta mugre que tengo al lado. ¿Mirá si
me pica? No puede ser que _”
TC: “¿La mató?” (Ya a esta altura
tengo ganas de rebolearle una yarará por la cabeza)
Yo: “¡Claro que la maté! Y no me
digás que siempre andan de a dos porque ya lo sé.”
TC: “Capaz que así el trámite sea
más rápido. Bueno, doña, sigo porque tengo que limp- eh – arar cerca del
terraplén. ¡Que haya suerte!” (¡Suerte tenés vos que yo no te acogote!)
Yo: “Bueno, gracias de todos
modos.” (O sea, ‘gracias por nada’)
TC: “Nos estamos viendo”
Y arranca, levantando arena a lo
loco, y yo me quedo pensando que en este país la burocracia es como esas
semillas que vuelan con el viento y donde caen crecen… La ‘plantita’ Burocracia
crece más rápido que los yuyos del lote baldío después de una lluvia.
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