miércoles, 25 de junio de 2014

Diálogo con empleada bancaria – la de mi sucursal. Y sí, tenía que ver si alguien me ayudaba a rescatar mi tarjeta de débito!!! (ver diálogo con EB del 4/6/14)

Desesperada como Lilita Carrió buscando la república, me dirijo a mi sucursal bancaria. Mi turno llega mucho más rápido que en la central del banco y apenas me siento delante de la EBS le cuento mi problema cual paciente a psicólogo.

EBS: “¿Y no le dijeron si está o  no en el correo?”
Yo: “No. La chica me dijo ‘que está viniendo’” (Imitando a la EB de la casa central)
EBS: “Jaaaa. La hace igualita a las de allá (‘allá’ = casa central) ¡Es que tienen taaaaanto que hacer, pobres! (sarcasmo si los hay) ¡Si se la pasan limpiando la plaquita con el nombre! A ver si yo se la puedo rastrear. Porque si no tiene número de envío tampoco se la van a dar aunque esté en el correo.” (¡Chan! ¿Qué pasó con reclamar algo con tu nombre y número de documento?)
Yo: “Pero ni siquiera me dijeron en qué correo está.”
EBS: (Mientras los deditos zapatean en el teclado de la PC) “Pasa que hasta febrero usaban Oca, pero después pasó todo a Andreani. A ver si puedo entrar a la página – ¡esto está más lento! (Deduzco que ‘esto’ es internet)
Yo: “Cuando le dije que nunca me habían notificado, me dijo que eso era imposible, y después le pedí la dirección que tenían y era cualquier cosa.”
EBS: “¡Ah! Qué raaaaro que tengan la base de datos mal. (Otra vez sarcasmo y la madre – se ve que la interna ‘sucursales’ vs ‘central’ está al rojo vivo) No sabe cuánta gente termina acá para ver si le solucionamos problemas que tendrían que solucionar ellos. (Toma mi documento y tipea el número seguido de otros muchos números)
Yo: “Pero acá uds. tienen bien mi dirección y todos mis datos. ¿Cómo puede ser?”
EBS: “Es que nunca actualizan la base de datos. Ummm. Acá no está.” (Terribles palabras esas)
Yo: “Si no, voy a tener que pedir una reimpresión y eso tarda, ¿no?”
EBS: “Primero vamos a ver si la encontramos.”
Yo. “Es que no te quiero hacer perder tiempo – aunque hoy no hay mucha gente, ¿no?”
EBS: “No. Hace frío.” (O sea, los clientes de acá no joden los días de frío)
Siguen unos largos minutos de silencio sólo interrumpido por el sonido del teclado de la PC. Casi me suena a un réquiem para mi pobre tarjetita, miren.
EBS: “¡Aca está! (Creo que casi le agrega un ‘¡Tomá carajo!’, pero se frena a tiempo) Según esto está en Andreani – por lo menos ayer estaba – actualizan la página dentro de un rato. Ya le anoto el número de envío, y yo que ud. voy hoy mismo.”
Yo: ¡No sabés cómo te lo agradezco!”
EBS: “Para eso estamos, Sra. Pero no cantemos victoria todavía. Y avíseme cómo le fue.” (Me extiende el papelito que puede ser certificado de nacimiento o defunción de mi tarjetita en el que también escribió la dirección donde tengo que ir – ¡una divina!)
Yo: “Claro. Y mil gracias de nuevo.”


Salgo eyectada del banco y me parece que por fin los planetas se alinean en mi favor porque justo viene el cole. Subo con renovada energía y solo espero que los planetas no se muevan de donde están hasta que llegue a Andreani.

jueves, 5 de junio de 2014

Diálogo con Mi Otro Yo sobre pensamientos y 'el pensamiento'.

MOY: “Hola. ¿Estás pensando?”
Yo: “¿Eh? ¿Qué estoy pensando?”
MOY: “No, no. Te pregunto si estás pensando. ¿Se te sumó la sordera a la ceguera?”
Yo: “Mirá, no tengo ganas de pelear hoy. Sabés perfectamente que estoy pensando – si no, no
hubieses aparecido, ¿no?”
MOY: “Te pregunto porque viste que ahora podrías usar todos esos pensamientos en la ‘usina’ de pensamiento que_” (La interrumpo porque ya sé a dónde va y hago caso omiso de las comillas en la palabra ‘usina’)
Yo: “Dejate de joder. Ni sabés de qué se trata y ya estás criticando.”
MOY: “¿No me vas a decir que estás de acuerdo con esta boludez, no?”
Yo: “¡Y salió tu palabrita preferida! ¿Qué tiene de malo promocionar una línea de pensamiento? ¿O una ‘matriz’ de pensamiento, como le dicen? Después de todo, estudiamos el pensamiento de los europeos, asiáticos, etc.”
MOY: “Casi me dejás muda. (¡Ojalá!) ¿La vejez te volvió conciliadora?” (¡Pero qué HDP!)
Yo: “¿Qué tiene que ver ser conciliadora con pensar que se deben conocer todos los tipos de pensamiento?”
MOY: “Entonces quiere decir que yo, por ejemplo, puedo ir a esas ‘usinas’ (¡Y dale con las comillas!)  y decir lo que pienso?”
Yo: “No, pedazo de bruta. Esto tiene que ver con los Pensadores con mayúscula. Gente que se dedica a filosofar, escribir ensayos, etc.”
MOY: “¡Ah! O sea, lo que pensamos la gente común no cuenta?” (Bué, ya se caracterizó como ‘gente’ – la estoy domando un poco) “Pero entonces, ¿por qué se llama ‘pensamiento nacional’? ¿Hay otros pensamientos provinciales, internacionales, galácticos_”
Yo: “Hoy tenés ganas de joder en serio, ¿no? Pensá con lógica, es_”
MOY: “¿La ciencia formal o la lógica de todos los días?” (¡Pero si será desgraciada!)
Yo: “La que quieras. (Y sigo antes que me interrumpa) Si estudiamos a los pensadores de otros lados, por qué no promover los pensadores argentinos?”
MOY: “¿Vos estudiaste en la universidad nacional de Lanús?”
Yo: (Totalmente sorprendida) “¿Qué? ¿Qué tiene que ver?”
MOY: “Bueno, ahí hay un seminario OBLIGATORIO sobre pensamiento nacional y latinoamericano – o sea, lo tenés que cursar y aprobar si te querés recibir.”
Yo: (Recuperándome lentamente) “Bueno, eh… en otras universidades hay seminarios  sobre todo tipo de cosa y también son requisito para graduarse. Insisto. ¿Qué tiene de malo?”
MOY: “Vos mencionaste la lógica, ¿no? Si mal no recuerdo de lo que estudiamos, la lógica estudia los principios de la demostración y la inferencia válida. Yo uso esa lógica.”
Yo: “No entiendo nada.”
MOY: “¡Ay! Y se te suma el declive intelectual también.” (¡Uno de estos días me reviento el parietal derecho contra la pared a ver si desaparece!) Se crea una secretaría de pensamiento nacional, ¿no? Y por supuesto, no se define qué carajo es el pensamiento nacional. Ahora, poné eso en el contexto del gobierno que tenemos – no podés hacer una inferencia sin el contexto donde algo ocurre, ¿no? – ahora realizá la inferencia de a qué quieren llegar con esto.”
Yo: (Regulando como motor que está frío) “¿Tenés una teoría conspirativa? ¿Vos creés que esto está pensado para manipular e indoctrinar? ¡Pero mirá que sos malpensada!”
MOY: “Y, mirá, hay un dicho popular muy lógico que lo resume: “en boca del mentiroso lo cierto se hace dudoso”


Y se va, como de costumbre sin despedirse la muy maleducada. Y yo sigo regulando….

miércoles, 4 de junio de 2014

Diálogo con empleada bancaria – o ‘asesora de clientes’ como reza la plaquita sobre su escritorio.

Después de una prolongada espera para que mi numerito de papel se transforme en lucecitas en el display gigante, me siento frente a un escritorio muy mono y moderno

EB: (Acomodando la plaquita que algún cliente recientemente asesorado debe haber movido) “Buen día Sra. ¿En qué le puedo ayudar?”
Yo: “Vengo a buscar una tarjeta a mi nombre. Me dijeron en la sucursal que estaba acá.”
EB: “Veamos.” (Y se acabó el contacto personal ya que gira para estar cara a cara con su mejor amiga – la pantalla de la PC) “¿Su documento?”
Le doy mi documento y toda la información que me solicita.
EB: “¡Pero esta tarjeta estuvo acá por un año y tres meses!” (1- noto un leve reto a la clienta que no fue a retirar la tarjeta, y 2- empiezo a temblar por el pretérito en ‘estuvo’)
Yo: “¿Y cómo iba a saber que tenía que buscarla si nadie me avisó?”
EB: (Con la vista fija en la pantalla y realizando mohínes varios que no logro descifrar) “Debe haber recibido un aviso.”
Yo: “Para nada. Ni por correo, ni por mail, ni con paloma mensajera.” (Digo esto último sonriéndole para ponerle un poco de humor a la cosa.)
EB: (El humor le resbala) “No, no. Acá dice que se le informó.”
Yo: (¿Para qué discutir? Capaz que me mandaron señales de humo y ese día me olvidé de mirar el cielo.) “Bueno, no importa. ¿Me la podés dar?"
EB: (Tornando realidad el temor provocado por el pretérito en ‘estuvo’) “Eso se mandó por correo – todas las tarjetas no reclamadas salieron por correo.”
Yo: “¿Y cuándo me llegará? ¿Hace mucho que la mandaron?”
EB: (Sin contestar ninguna de las dos preguntas) “Está yendo en el correo.” (Y yo me imagino una pobre cartita, apretada por miles de otras cartas, estirando los bracitos para asirse del borde de la bolsa del cartero para poder ver la luz y disfrutar ‘del viaje’)
Yo: “¿Por cuál correo lo mandaron?”
EB: (Clickea un ratito y me da el nombre de la empresa) “Va a tener que ver si ellos la tienen, pero para mí ‘está yendo’.” (Y esta vez me imagino la pobre cartita caminando perdida por la ciudad)
Estoy por levantarme cuando tengo una de esas brillantes ideas esporádicas.
Yo: “Disculpame, pero, ¿qué dirección tienen?” (Me dice la dirección y no puedo evitar reírme)
“Esa altura de la calle no existe. Con razón nunca me llegó nada. El cartero debe estar buscando una casa en el medio del Salado.”
EB: (No reacciona. O no sabe lo que es el Salado, o no conoce la ciudad, o le importa un joraca) “Es la que tenemos en la base de datos.” (Interpreto esto como ‘si está en la base de datos es real’)
Yo: (Entrando en calor – siempre me hace entrar en calor la incapacidad de la gente para admitir un error. A los únicos que siempre les perdoné eso son los alumnos, quienes por supuesto, me enseñaron a mí a admitir los errores ) “Entonces corregí la base de datos. Ahí está mi documento. De ahí sacaron mis datos. Y como verás, esa no es la dirección que figura en tu ‘base de datos’.”
EB: (Toma el documento, mira la dirección y clickea un poco más – y yo ruego que esté poniendo los dedos en las teclas apropiadas) “Bueno, de ahora en más va a recibir notificaciones, pero la tarjeta está yendo por correo.” (Ya lo dijiste querida – pero ahora ya sé que la pobre cartita está definitivamente perdida pobrecita.)

Le doy las gracias (podré estar caliente pero soy educada) y salgo del banco en búsqueda de mi tarjeta y hasta puedo imaginarme el abrazo emocionado que le voy a dar cuando la encuentre – ¡eso si la encuentro!            

lunes, 19 de mayo de 2014

Diálogo con Conductora Maleducada (2) – porque ya tuve una ‘charlita’ con otro CM – género masculino aquella vez.

Sur de la ciudad. Estoy buscando lugar para estacionar, por lo tanto tengo las balizas prendidas. Encuentro un lugar y freno. Al instante un bocinazo me hace saltar del asiento. Proviene de una camioneta 4X4 que está pegada al paragolpes trasero de mi auto. Bajo el vidrio y le hago señas manuales (parece que las balizas no las vio) para que pase.

CM: (Alineando su ventanilla de acompañante con mi ventanilla) “¿Qué carajo hacés? ¡Venís a paso de tortuga (¿No vio el cartel de velocidad máxima?) y encima pretendés estacionar!”
Yo: (Pienso que va a ser mejor dejar las cosas ahí, pero me puede la docente) “¿No viste las balizas?”
CM: “¡Y qué MIERDA me importan las balizas!” (¡Ah, bueno! Delicadita la Sra.) “¡¿Cómo te dieron el carnet – con esos culos de botella y ese ojo?! (Ahora sí se pudrió todo – ya me calenté)
Yo: “A lo mejor porque con este ojo y estos culos de botellas vi que había un idiota pegado al paragolpes que no mantenía la distancia reglamentaria y encima no le daba bola a las balizas.” (Miro el retrovisor para ver si no estamos obstaculizando el tránsito, pero no hay nadie atrás)
CM: (Sin responder a mis palabras – me parece que soy sustituta para el objeto real de su ira… vaya a saber quién o qué) “Por boludas como vos nos dicen a todas que las mujeres no sabemos manejar.”
Yo: (Sonriéndole ampliamente) “¿No será que necesitás un almohadón en el asiento y sacarle los polarizados a la camioneta? A lo mejor verías mejor. Y además supongo que sabés que las balizas son precisamente para anunciar una maniobra. ¿Vos rendiste para el carnet o te lo regalaron? Porque yo sí rendí.” (Pongo marcha atrás y miro el espejo lateral esperando que esto le indique el final del altercado, siga, y me deje estacionar en paz)
CM: “¿Y vas a estacionar no más?” (¿Pero además de maleducada es idiota en serio?)
Yo: “Y, sí, querida. Si movés ese monstruo de camioneta voy a poder estacionar. Por muy amena que esté la charla, tengo cosas que hacer.”
CM: “¿¡Y vos creés que yo no!? Estoy llegando tarde a buscar los chicos al colegio por tu culpa.” (Ya está. Necesita psicólogo/a – pero no creo que sea el momento de decírselo)
Yo: “Entonces te recomiendo que arranques. ¡Con las cosas que están pasando a la salida de las escuelas! No quiero ni pensar lo que te puede decir tu marido si le pasa algo a los chicos.”
CM: (Con la vista perdida vaya a saber dónde) “Pero y LPMQTP!  ¡Lo único que me falta! Que una tarada que no sabe manejar me diga lo que tengo que hacer.”

Pero arranca, dejando un poco de goma de las cubiertas en el proceso, y el espacio libre para que yo estacione.

Mientras cierro el auto reflexiono que esta CM podrá manejar una camioneta, pero nunca podrá manejar su vida si no empieza por hacerse cargo de ella y deja de culpar a los demás por cualquier cosa que le sale mal.

miércoles, 14 de mayo de 2014

Diálogo con Mi Otro Yo mientras trato de hacer una tarta de champiñones  _ ¡Sí, trato de cocinar!

Estoy mirando fijamente la cebolla en la sartén a la espera que ‘se ablande’ – como dice la receta – cuando…

MOY: “¡Hola, hola! ¿Qué hacés?”
Yo: (¿Justo ahora tenía que aparecer?) “¿Sos ciega? No ves que estoy cocinando?”
MOY: “No, no. La ciega sos vos. Pero quería hablarte de otra cosa.”
Yo: (Con la vista fija en la cebolla) “Umm”
MOY: “¿Viste que hubo discusión de alto vuelo lingüístico entre políticos la semana pasada?”
Yo: (Ya mareada de tanto mirar la cebolla) “¿Qué_”
MOY: “¿Te la perdiste? Tenía que ver con semántica, connotación, denotación, plurisignificatividad, y todas esas porquerías que vos pretendías enseñarle a los alumnos – y encima, en inglés.”
Yo: (Quitando la vista de la cebolla por un instante) “¿De qué carajo estás hablando? Ahora no tengo tiempo para _”
MOY: “Yo que vos saco la cebolla porque la receta decía ‘blanda’, no chamuscada o quemada.”
Manoteo la sartén y la retiro del fuego justo a tiempo.
Yo: (Sabiendo que si no la dejo terminar no me va a dejar en paz). “Bueno, dale y decime, así me dejás cocinar tranquila.”
MOY: “Pero seguí no más. Capaz que entre las dos sacamos una tarta pasable. Bueno, la cosa fue así: alguien dijo que en la argentina se producía droga, ¡y se armó un bolonqui de aquellos!”
Yo: (Dándome cuenta de qué está hablando y ya concentrada en cortar el jamón en juliana) “Ah, sí. ¿Pero qué tiene que ver _?” (Y me interrumpe como de costumbre)
MOY: “¿Eso es cortar en juliana? (¡La PMQLP!) Bueno, la cosa es que el vago se tuvo que retractar porque otro vago dijo que no había ‘producción’, sino ‘elaboración’. O sea, un problema semántico.
Yo: (Ni siquiera intento señalar lo inadecuado de llamar ‘vagos’ a dos políticos que, además, son Ministro de Defensa uno, y Secretario de Seguridad el otro … o no, ¡qué sé yo!) “Umm.”
MOY: “Ché, estás más concentrada que cuando armabas exámenes o corregías.” (¡Me voy a operaaaaar de vos!) “Bueno, la cuestión es que busqué en la RAE. (¡Ay!) ‘Elaborar’ es transformar una cosa u obtener un producto por medio de un trabajo adecuado’, y ‘producir’ es ‘fabricar, elaborar cosas útiles’. (¡Ah, bué!) Pero ‘fabricar’ es producir objetos en serie, generalmente por medios mecánicos.”
Yo: (Pensando en el próximo paso de la receta – se lo podría dejar a MOY – romper los huevos para batir con el queso) “¿Y cuál es el punto?”
MOY: “Nosotros somos los ‘puntos’ – pero bueno, la cosa es que ahora sé que no tenemos la materia prima para la droga, pero somos unos genios para importarla sin pagar impuestos y utilizarla para transformarla en el producto final y, claro, exportarla también sin pagar impuestos.”
Yo: “¿Vos estás muuuuy al dope, no?”
MOY: (Por supuesto sin acusar recibo) “Tenés un pedazo de champiñón en la campera. Y ahora tené cuidado cuando vuelques la mezcla porque_”
Yo: (Finalizando con ese paso tan importante sin que me tiemble el pulso y poniendo  todo en el horno) “Si lo que intentabas era arruinarme el plato, me parece que fallaste.”
MOY: “¡Pero me extraña! Al contrario. Fijate que con mi ayuda has terminado la ‘elaboración’ con éxito – ahora, ¡Ojo! Porque se te puede podrir todo en la ‘cocción’.


Y desaparece la muy HDP. Y yo pienso que, para el común de la gente, la discusión sobre las mínimas diferencias de ‘significado’ entre los términos en cuestión en realidad construyen un significado con una connotación mucho más negativa.

lunes, 12 de mayo de 2014

Diálogo con conciudadano tecnofóbico.

Me siento a esperar el cole en un banco de la plaza ocupado sólo por un señor de más o menos mi edad. Saco un cigarrillo y antes de encenderlo….

Yo: “¿Le molesta si fumo?”
CT: “Para nada. ESO sí me molesta.”
Sigo su mirada adusta y veo que la pasea por las personas sentadas en otros bancos, de distintas edades, que están concentrados en sus respectivos celulares.
Yo: “Bueno, la tecnología es así.” (¿Qué quieren que diga?)
CT: “Ya nadie charla. Nadie te mira a la cara. Ni siquiera se dan cuenta que estás al lado de ellos. ¿Ud. tiene celular?” (Lo dice en un tono tan acusador que casi, casi, le digo que no.)
Yo: “Sí, claro. Es muy útil.”
CT: “¡Bah! ¿Y cómo vivía la gente antes del celular, eh? En mis tiempos_”
Yo: (Cortando, creo que de raíz, el monólogo que veo venir) “Y, los tiempos cambian.”
CT: “Para peor. Los chicos pegados a las computadoras haciendo vaya uno a saber qué, y poniendo fotos de ellos que todo el mundo ve, ‘chatiando’ con vaya uno a saber quién, _”
Yo: (La verdad, no sé si no hubiese sido mejor que lo dejara hablar de ‘sus tiempos’) “Y sí, todo invento o nueva tecnología se puede usar para bien o para mal, ¿no?” (Y me inclino hacia adelante para ver si no viene el cole salvador)
CT: “¡Pero mírelos!  ¡Parecen robots! Para mí todo eso les pudre el cerebro.” (Querido, me parece que el que tiene el cerebro podrido sos vos.)
Yo: “Ni más ni menos que el televisor. Y cuando la tele llegó a argentina también había gente que creía que ‘nos iba a podrir el cerebro’. Y bueno, Ud. y yo crecimos mirando tele, ¿no?” (Como docente siempre pensé que un buen ejemplo clarifica conceptos – se ve que estaba equivocada)
CT: (Mirándome directamente y me parece que cada vez más enojado) “¿¡No va a comparar la tele con – con – ESO?!” (Esta vez vuela un dedo acusador que apunta a los antes mencionados usuarios de celus) “¡Pero mírelos! (¡Ya los miré!) Si hasta hace la gente maleducada. Ni te saludan siquiera.”
Yo: (Ya recalentándome un poco, lo admito) “La mala educación y la falta de consideración no las produce la tecnología. Y conozco familias que se sientan a almorzar con el tele prendido y no se dirigen la palabra hasta que llega la publicidad – y a veces ni ahí. ”
CT: “¿Y eso qué tiene de malo?” (¡Ah, bué. Me parece que metí el dedo en la llaga con el ejemplo.) “En mis tiempos_” (¡pero y la PM!)
Yo: “Ahí viene mi cole.” (¡Y espero que no sea el tuyo también!) “Hasta luego”


Al alejarme mi oído percibe algo como un gruñido en respuesta a mi saludo. Lo dicho, la mala educación no la produce la tecnología.

jueves, 8 de mayo de 2014

Diálogo con vecina (de la quinta)

Me doy una vueltita por la quinta para ‘contemplar’ todo lo que habría que hacer (nótese el subjuntivo) – cosas como barrer las hojas, cortar el césped, etc. etc.
Me bajo del auto para abrir el portón y…

V; “¡Hola! ¡Hola!” (La vecina avanza hacia mí casi corriendo y moviendo los brazos como aspas de molino al viento)
Yo: “Hola. ¿Cómo le va?”
V: (Agitada por la carrera) “Bien, pero menos mal que vino.” (Pienso: ‘sonamos – me afanaron’)
Yo: “¿Pasa algo?” (Mirando alrededor para detectar alguna señal de actividad extraña)
V: “¡Pasó de todo!” (Y procede a ponerme al tanto de los robos, disputas amorosas, nuevos vecinos, compra y venta de terrenos, nacimientos y embarazos ‘no esperados’, etc. … en ese orden caótico) “¡Y ud. sin aparecer!” (Tomo esto como: ‘si ud. no viene, ¿a quién le cuento todo esto?’)
Yo: “Pero si vine hará una o dos semanas.”
V: “Ah. No la vi. Si no, la ponía al tanto ahí.” (Interesante uso de ‘ahí’, que generalmente indica lugar, para referirse a tiempo).
Yo: “Bueno, voy a_”
V: “Sí, vaya, vaya. ¡Mire la cantidad de hojas que tiene! Menos mal que su hijo podó las durantas, ¿no?” (¿No era que no me había visto? No te animaste a venir porque estaba con mi hijo.) “Si no parecería una casa abandonada.” (¡Pero y la PMQTP! ¿Por qué no mirás tu ‘jardín’ que parece una selva?)
Yo: (Sacando el candado del portón y dirigiéndome con paso firme al auto) “Bueno, me voy a poner a _”
V: “¡Ah, me olvidaba! La anduvo buscando el ‘podador’. (Primero, consigue que no entre al auto, y segundo, su enunciación de la palabra ‘podador’ es una obra maestra que denota claramente lo que piensa del petiso)
Yo: “¿Si? Quién sabe qué quería. Todavía no lo llame para que me po_”
V: “Si. Me dijo. Estuvimos charlando un rato.” (¡Ay! No sé si preocuparme o desear haber tenido la oportunidad de ser mosquito para escuchar esa ‘charla’) “A mí no gusta hablar por hablar, ¿vio?, pero ese hombre sabe vida, obra y milagro de todo el mundo – un chusma.” ( ¡Cómo me perdí esa conversación! Se deben haber sacado chispas)
Yo. “Bueno. Menos mal que de mí no sabe mucho.” (Y pienso: ¡igual que vos!)
V: “La verdad que no.” (Pero que HDP, ¿así que sí hablaron de mí, eh?) “De todos modos – me dijo que si la veía le dijera que lo llamara.” (La curiosidad matará al gato, pero con ésta, si fuese planta, ¡actuaría como fertilizante!)
Yo: “Bueno, gracias por darme el mensaje.” (Sonrisa enigmática de mi parte mientras me siento en el auto – y, algo hay que darle para que sobreviva, ¿no?)

Piso el acelerador y me meto en la cochera. Como todavía está parada ahí, no cierro el portón y desaparezco dentro de la quinta saludándola con la mano.

Espío por la ventana y la veo volver a su casa con paso lento y cabizbaja – que quieren que les diga, me da penita… Pero aun así, ¡no me agarra cuando me vaya!!!