Diálogo con vecina
(de la quinta)
Me doy una vueltita
por la quinta para ‘contemplar’ todo lo que habría que hacer (nótese el
subjuntivo) – cosas como barrer las hojas, cortar el césped, etc. etc.
Me bajo del auto para
abrir el portón y…
V; “¡Hola! ¡Hola!”
(La vecina avanza hacia mí casi corriendo y moviendo los brazos como aspas de
molino al viento)
Yo: “Hola. ¿Cómo le
va?”
V: (Agitada por la
carrera) “Bien, pero menos mal que vino.” (Pienso: ‘sonamos – me afanaron’)
Yo: “¿Pasa algo?”
(Mirando alrededor para detectar alguna señal de actividad extraña)
V: “¡Pasó de todo!”
(Y procede a ponerme al tanto de los robos, disputas amorosas, nuevos vecinos,
compra y venta de terrenos, nacimientos y embarazos ‘no esperados’, etc. … en
ese orden caótico) “¡Y ud. sin aparecer!” (Tomo esto como: ‘si ud. no viene, ¿a
quién le cuento todo esto?’)
Yo: “Pero si vine
hará una o dos semanas.”
V: “Ah. No la vi. Si
no, la ponía al tanto ahí.” (Interesante uso de ‘ahí’, que generalmente indica
lugar, para referirse a tiempo).
Yo: “Bueno, voy a_”
V: “Sí, vaya, vaya. ¡Mire
la cantidad de hojas que tiene! Menos mal que su hijo podó las durantas, ¿no?”
(¿No era que no me había visto? No te animaste a venir porque estaba con mi
hijo.) “Si no parecería una casa abandonada.” (¡Pero y la PMQTP! ¿Por qué no
mirás tu ‘jardín’ que parece una selva?)
Yo: (Sacando el
candado del portón y dirigiéndome con paso firme al auto) “Bueno, me voy a
poner a _”
V: “¡Ah, me olvidaba!
La anduvo buscando el ‘podador’. (Primero, consigue que no entre al auto, y
segundo, su enunciación de la palabra ‘podador’ es una obra maestra que denota
claramente lo que piensa del petiso)
Yo: “¿Si? Quién sabe
qué quería. Todavía no lo llame para que me po_”
V: “Si. Me dijo.
Estuvimos charlando un rato.” (¡Ay! No sé si preocuparme o desear haber tenido la
oportunidad de ser mosquito para escuchar esa ‘charla’) “A mí no gusta hablar
por hablar, ¿vio?, pero ese hombre sabe vida, obra y milagro de todo el mundo –
un chusma.” ( ¡Cómo me perdí esa conversación! Se deben haber sacado chispas)
Yo. “Bueno. Menos mal
que de mí no sabe mucho.” (Y pienso: ¡igual que vos!)
V: “La verdad que no.”
(Pero que HDP, ¿así que sí hablaron de mí, eh?) “De todos modos – me dijo que
si la veía le dijera que lo llamara.” (La curiosidad matará al gato, pero con
ésta, si fuese planta, ¡actuaría como fertilizante!)
Yo: “Bueno, gracias
por darme el mensaje.” (Sonrisa enigmática de mi parte mientras me siento en el
auto – y, algo hay que darle para que sobreviva, ¿no?)
Piso el acelerador y
me meto en la cochera. Como todavía está parada ahí, no cierro el portón y desaparezco
dentro de la quinta saludándola con la mano.
Espío por la ventana
y la veo volver a su casa con paso lento y cabizbaja – que quieren que les
diga, me da penita… Pero aun así, ¡no me agarra cuando me vaya!!!
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