Diálogo con compañera consumidora en supermercado (Perdón a
las ideologías de donde vienen los términos por ponerlas en contacto).
Estoy frente a la góndola de las yerbas cuando una señora
mayor se para a mi lado.
CC: “¡Pero mire! ¡Mire esos precios! ¡Es una tomada de
pelo!”
Yo: (Que estaba mirando los precios) “Qué aumento, ¿eh?”
CC: “¡Y éstos se dicen Peronistas! Si Perón viera esto se
vuelve a morir.”
Yo: (El comentario me toma por sorpresa y giro para verla
mejor: ochenta y tantos, con jogging y zapatillas deportivas, y anteojos que
deben tener menos aumento que los míos. Y sí, debe haber vivido el Peronismo.)
“Bueno, la verdad no sé mucho de política, pero_”
CC: “¡Pero nena! (¡Ay! Debe tener ochenta laaaargos) ¡Si no
hay que saber de política – basta con ver lo que pasa! (Resopla como caballo
enojado) Y de qué ‘revolución’ hablan?”
(Lo dice con tanta
pasión que me pica la curiosidad y me debato entre seguir la conversación, a riesgo
de que le suba más la presión, o amablemente despedirme y seguir mi camino. Y
no puedo con mi genio.)
Yo: “Bueno, el término ‘revolución’ quiere decir tantas
cosas…” (Se la dijo picando)
CC: “Mi padre laburó toda su vida y tuvo casa gracias a
Perón. Eso sí, la pagó centavito a centavito. Yo conocí un hospital gracias a
Perón. Nadie en mi familia había ido a un médico antes. (Bueno, o tenían una
salud de hierro, o ciertamente la medicina no estaba al servicio de todos)Pero
cuidábamos el hospital como si fuera nuestra casa. Yo pude ir a la escuela y
seguí estudiando y ninguno de los que veníamos de familias obreras destruía
bancos o tomábamos escuelas… ¡Eso fue una revolución!” (Como veo que la presión
parece estarle subiendo la interrumpo)
Yo: “Y, los tiempos cambian” (A punto estuve de decir ‘eran
otros tiempos’)
CC: “¡Para peor! Y te lo dice alguien que siempre fue
optimista (¡Menos mal!) Y cuando milité en el partido Intransigente _”
Yo: “¿Cómo? ¿Pero ese partido no venía de la UCR?”
CC: “No era que no sabías nada de política? (¡Me agarró!)
Bueno, mi familia era Peronista, pero Alende me conquistó. (¿?) ¡Casi me
expulsan de casa! (Se ríe). Había cosas por cambiar. (Se queda pensando)
Yo: “Bueno, hoy puede estar pasando lo mismo. Quien gobierna
piensa que hay cosas que cambiar también, ¿no?”
CC: (Me mira y me dedica una sonrisa indulgente – casi como
una abuela a un nieto que no entiende una suma de dos cifras) “Si querida, pero
las cosas no se cambian haciéndole creer a la gente que solo tiene derechos y
ninguna obligación. Se cambia generando trabajo y educando para que esa gente
educada pueda ponerte los puntos sobre las íes y tenerte a raya cuando tengas
el poder. (¡Chan! ¡Si se presenta a elecciones la voto con los ojos cerrados!) Ni
pienso pagar eso por la yerba. Defensa al consumidor tendría que hacer algo.
Hasta luego.”
Yo: “Hasta luego.”
Y se va. Y a cada paso mira los productos y menea la cabeza.
Y yo me quedo ahí, mirándola y pensando…
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