sábado, 13 de abril de 2013


Diálogo con Mi Otro Yo en el día internacional del beso.

Miro el FB y veo que alguien dice que es el día internacional del beso. Cierro mi mente para borrar las palabras, pero solo alcanzo a eliminar alguna que otra letra, y MOY reconstruye la oración en un instante.

MOY: “¡Ah, mirá! El día internacional del… ¿BESO? ¡No me jodan! ‘¡Esto sí que se lleva el premio de la boludez!”
Yo: “¡Vuelta la burra al trigo!”
MOY: “¡Antigua! Esa expresión no la usa nadie ya. Sos un dinosaurio.”
Me sonrío mentalmente, pensando que la conversación se va a desviar a otro tema. Me olvido que, por supuesto, MOY está muy atento.
MOY: “No me digás que un día internacional para el beso no es una boludez.”
Yo: “Parece tonto, sí, pero si lo pensás un poco, el beso tiene su historia. Es una costumbre que se da únicamente entre los hombres.”
MOY: “ ¿¡Eh!?
Yo: “ ‘Hombre’ como ‘humano’, pedazo de pesada.”
MOY: “Bueno, si es por eso, la humanidad debería tener el día mundial del odio, la irresponsabilidad, la gula, la ambición, el engaño, la traición, etc. etc.” (¡Qué HDP!)
Ya empiezo a cansarme, pero no voy a abandonar tan fácilmente.
Yo: “¿Vos sabías que el beso en sus comienzos sólo lo usaban las madres con sus hijos? Después se volvió un gesto de cariño entre adultos, según dicen por el siglo VI.”
MOY: “Lo dicho, la humanidad es idiota. ¿Todos esos siglos les llevó empezar a besarse entre adultos? ¡Me estás jodiendo!”
Yo: “No. Y también alguna vez fue censurado en la calle – o sea, las personas podían besarse pero dentro de su casa solamente.”
MOY: “¿Y eso cuándo fue?¿Cuando vos eras chiquita?
Yo: (Negándome a reaccionar) “O a mí me parece o estas nerviosa  porque no tenés nada inteligente para decir?”
MOY: “Lo que no es inteligente es poner un día internacional de esto.  El pobre Jonathan Swift dijo: ‘ Señor, quisiera saber quien fue el loco que inventó el beso’. Yo quiero saber quién fue el tarado que inventó el día internacional del beso.”
Yo: “Googlealo y dejame de hinchar.”
Hay unos segundos de silencio, pero vuelve a la carga.
MOY: “Ya está. No sé quién, pero ya sé por qué.”
Yo: “¿Y? ¿Por qué?
MOY: “Googlealo.” (¡Es una HDP con todas las letras y no sólo las iniciales!) “Pero te aviso que hay un día para una boludez más grande que esta: el día internacional del beso robado.”
Yo: “¡Me estás jodiendo!”
MOY: “No. Y ahora te dejo porque me tengo que ir a preparar para dialogar con vos ese día.”

¡De más está decir que no pienso tener esa conversación!

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