Diálogo con conductor maleducado
Llego hasta la esquina (caminado). Veo que viene un auto más o menos
por la mitad de la cuadra y empiezo a cruzar la calle. El auto (que en vez de
desacelerar, acelera) frena con un chirrido escandaloso de cubierta que ya no
tiene dibujo.
CM: “¡Vieja de M…! ¡Cruzá no más que te van a llevar puesta en
cualquier momento!”
Lentamente y respirando profundo me doy vuelta, pero no me muevo de dónde
estoy, que es exactamente a 5
cm del capó del auto.
Yo: “¿Perdón? ¿Dijiste algo? ¿No te andan los frenos? ¿O tenés
Parkinson y apretaste el acelerador por error?”
CM: “¡Dale, salí de ahí!”
Yo: “Y además sos más ciego que yo o no tenés espejo en tu casa. Porque
seguro que sos más viejo que yo también.” (Pone cara de querer arrancar y
pasarme por arriba)
CM. “¡Pero dale! ¡Correte!”
A todo esto, ya hay varios curiosos que se empiezan a juntar.
Yo: (Manteniendo tono de voz calmo) “No salgo nada. ¿No te enseñaron
cuando te dieron el carnet que el peatón tiene derecho de paso? ¿Y en tu casa
no te enseñaron a no ser maleducado?”
El CM comete el error de bajarse del auto, por lo que los curiosos
empiezan a acercarse cual patota del far west para linchamiento. Viendo esto,
baja el tono un poco y modera sus movimientos para que no parezcan amenazantes.
CM: “¡Pero mirá si te choco! La verdad es que no te vi hasta que te
tenía en frente” (¡Ah! Ya cambiaste el ‘vieja de M….’ por el tuteo, ¿eh?)
Yo: “La verdad, eso no me interesa. Dame tu nombre, porque la patente
ya la memoricé.”
CM: “¿Qué?¿Me vas a denunciar porque te insulté?”
Yo: “No. Te voy a denunciar por pelotudo y maleducado.” (Y acá tengo
que levantar la voz porque ‘la barra brava’ irrumpe en risas).
CM: (Evidentemente aguantando las ganas de cazarme del cogote) “Disculpá.
No sabés el día que tengo. Pero no vamos a hacer tanto escándalo por esto, ¿no?”
Yo: “Yo no hago escándalo. Ese sos vos. Y si no me querés dar tu
nombre, no hay problemas, tengo la patente. Además te aviso que las letras de
tu patente te describen perfectamente en inglés. ‘ASS’ quiere decir pelotudo,
boludo, estúpido, y muchos otros sinónimos.” (Ahora ya las carcajadas de mis ‘guardaespaldas’
ahogan hasta el ruido del tránsito.
CM: “Me estás cargando.”
Yo: “No. Es así. Y ahora sí te dejo seguir.”
CM: “¿Me vas a meter la denuncia?” (¡Yo te ‘metería’ una patada en el
traste!)
No le contesto y sigo mi camino escuchando cosas como: ‘¡Denúncielo!’ ‘¡Maleducado!’
‘¡Atorrante!’ etc. etc.
Sigo, pensando en que voy a tener que estar atenta a este auto cuando
ande a pata, pero también en que si el CM ya tenía un mal día, yo se lo empeoré
bastante.
Reconfortante, realmente.
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