miércoles, 28 de enero de 2015

Diálogo con Almacenero Devenido en Cajero de su propio minimercado (ver diálogos de vacaciones 2013)

Me encamino a hacer unas pocas compras al minimercado. Cuando llego me sorprendo al ver que se ha expandido.

Yo: “Buenas tardes. ¿Cómo le va? Ya veo que bien – se agrandó la cosa.”
ADC: “¡Como le va! ¿Vino tarde este año?” (Léase: ‘ya sé que estás hace rato y nunca viniste’)
Yo: “No. ¡Pero cómo ha cambiado esto!” (Y, bué, hay que esquivar el reproche)
ADC: “Y, sí, ‘alguito’. Ja ja. Ahora la gente se puede mover mejor – aunque para lo que ha venido últimamente….”
Yo: “¿Floja la venta?” (Me parece increíble que no venda – si la gente entra y sale continuamente)
ADC: “No, no. Me refiero al ‘tipo’ de gente.” (Enunciación de la palabra con clara connotación negativa. ¡A la pelotita! ¿Se me volvió snob el armenio?)
Yo: “¿Eh?”
ADC: “Y, fíjese que el otro día vino una doña – buen pasar si se fija en el auto que tiene – pero queriéndose hacer que no es porteña. ¡Pero por favor!” (¡Ay! Ya sé a quién se refiere. (ver diálogo con ‘vacacionante’ – 18/01/14) “Y que qué lindo es el lugar, cómo hablamos, y haciéndose la graciosa.” (Dice todo esto imitando a la ‘vacacionante’ y claramente destilando veneno por los poros)
Yo: (Con cara de póker desarrollada en años de docencia) “¿Pero… a lo mejor es así no más, digo, a lo mejor no lo hace_” (Me interrumpe)
ADC: “Todavía no le conté lo peor. Cuando viene a pagar – con una Visa de morondanga no más – (bueno, ¡cómo le dirá a la mía!) ¿qué me dice la muy burra? Y encima con el almacén lleno de gente que me conoce - ¿qué me dice?” (Le va subiendo la presión al tiempo que le suben las cejas en la frente)
Yo: “¿Qué le dijo?” (Entonación de ‘debe ser terrible para que se enoje tanto’)
ADC: (Imitando nuevamente la ‘vacacionante’) “ ‘¡Ay! Qué lindo este almacén’ – almacén dijo – ‘Y nunca me atendió un cajero’ – cajero me dijo – ‘turco’. ¡TURCO me dijo!” (¡Ay!¡ Pero qué mina idiota! ¡Y eso que le dije que era armenio!)
Yo: “Bueno, pero si es nueva por acá, no debe saber que Ud._” (Me interrumpe nuevamente – ya me parece estar hablando con Mi Otro Yo)
ADC: “¿Y entonces por qué me dijo ‘turco’, eh? Me vio la cara y pensó que era turco. ¡Yo, turco! Le juro que casi me da un ataque. Y encima después me empezó a preguntar por la novela esa – una nueva – ‘Las mil y una noches’ - ¿y sabe qué dijo? ‘¡Ay! No sabía que Uds. los turcos hacían novelas tan buenas. Lo felicito’.” (La verdad, la imita muy bien. Pero ya las cejas se están juntando con la línea de cabello rizado)
Yo: (Tratando de calmar la cosa un poco) “¿Y Ud. qué le dijo?”
ADC: “¡Y qué quiere que le diga! Le dije ‘soy armenio, no turco’. Eso, a cualquier idiota le dice algo, no? A ella no. ¿Qué me dice, eh? ‘¡Ah! ¿Vio que para nosotros los argentinos son todo lo mismo, no?’. ¿Yo no soy argentino? ¡Pero qué – qué –“ (Le faltan las palabras y, que quieren que les diga, lo entiendo.)
Yo: “Bueno, ya está. No se lo tome así.”
ADC: “Mire, diga que hizo una compra grande, porque si no…. le contaba lo del genocidio armenio por los turcos bien detallado.”
Yo: “Bueno, no se haga mala sangre. Hace mal, ¿vio?”
ADC:  “Seee. Bueno, vaya, doña, yo entreteniéndola y capaz Ud. está apurada.” (Entonación de ‘ya sé que está al dope, pero compre, compre’)


Empiezo a caminar por los pasillos pensando que la ‘vacacionante’ debe haber pagado caro su ignorancia - literalmente.                                                                                                                                                      

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