miércoles, 30 de julio de 2014

Diálogo con Inspector de Tránsito

Estaciono en calle céntrica y voy en busca del parquímetro – nada. Vuelvo sobre mis pasos y me dirijo a la esquina opuesta – nada. Además no veo cartel alguno que indique si se puede estacionar o no. Lo que sí veo es un inspector de tránsito que se me acerca.

Yo: “Buen día. Disculpe, ¿se puede estacionar acá? (Pregunto esto mientras miro para todos lados indicando que no hay señalización en contrario)
IT: “Muy buen día para Ud. también, Sra.” (Lo dice como si estuviese deseándome suerte en la lotería) “Y, como poder, se puede.”
Yo: (Reconociendo en su entonación la mía propia cuando decía cosas similares para que un alumno fuera más preciso en una pregunta) “Este… está permitido estacionar acá?”
IT: “¡Pero qué alegría me da ver que hay gente que usa el idioma con propiedad!” (¡Nooooo! ¡Me tocó un IT lingüista!!!!!) “¡Hay que ver las cosas que dice la gente! A veces hay que hacer un curso para entenderles. Y ni le cuento cuando insultan.”
Yo: “Y eso le debe pasar seguido, ¿no?” (¡Ay! ¿Por qué le sigo la corriente???)
IT: “Con mucha frecuencia. Pero después de la primera semana uno se acostumbra. Pero ni en los insultos hay creatividad, mire. Siempre lo mismo.”
Yo: (A esta altura ya sin saber qué decir) “Eh… estresante lo suyo, ¿no?”
IT: (Sonriendo de oreja a oreja) “¡Pero no! La gente está estresada. No tienen equilibrio emocional (¡Ah bué!). Hay que relajarse un poco, saber respirar. Si la gente se tomara unos minutos al día para meditar, todo andaría mejor.” (¡Ah, ya está! ¡Este hace yoga!)
Yo: “¿Hace yoga?” (¿Para qué pregunto?)
IT: “No. No. Lo mío es el Zen.” (Nooooo. ¡Esto NO puede estar pasando!) “¿Sabe qué es?”
Yo: (Pensando cómo cortar ‘cordialmente’ esta charla) “La verdad que no. Pero_”
IT: “Debería probar. Es genial.” (Y me da una tarjetita con los datos de un lugar donde se practica)
Yo: “Gracias. Y volviendo a lo del estacionamiento…”
IT: (Sonriendo) “Vivir apurado también hace mal.” (Sí, querido, pero no me queda otra – como a muchos) “¿Cuánto tardará?”
Yo: “Y… unos 10 minutos no más.”
IT: “Bueno. Vaya tranquila.”
Yo: “¿Pero se pue– está permitido estacionar acá? No veo carteles.”
IT: “Lo sacaron ayer para poner uno nuevo, pero todavía no lo trajeron. Por eso estoy acá. Para explicarle a la gente que no debe estacionar. Es difícil, porque al no haber cartel, te discuten y discuten… en fin.” (Parece que el sosiego de la meditación va desapareciendo) “Pero quédese tranquila, vaya no más.”
Yo: “Mil gracias. En un ratito estoy de vuelta.”


Y me alejo rápidamente preguntándome si estuve charlando con un purista de la lengua o con Lao Tse – o una mezcla de los dos.

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