Diálogo con Inspector de Tránsito
Estaciono en calle céntrica y voy en busca del
parquímetro – nada. Vuelvo sobre mis pasos y me dirijo a la esquina opuesta –
nada. Además no veo cartel alguno que indique si se puede estacionar o no. Lo
que sí veo es un inspector de tránsito que se me acerca.
Yo: “Buen día. Disculpe, ¿se puede estacionar
acá? (Pregunto esto mientras miro para todos lados indicando que no hay
señalización en contrario)
IT: “Muy buen día para Ud. también, Sra.” (Lo
dice como si estuviese deseándome suerte en la lotería) “Y, como poder,
se puede.”
Yo: (Reconociendo en su entonación la mía
propia cuando decía cosas similares para que un alumno fuera más preciso en una
pregunta) “Este… está permitido estacionar acá?”
IT: “¡Pero qué alegría me da ver que hay gente
que usa el idioma con propiedad!” (¡Nooooo! ¡Me tocó un IT lingüista!!!!!) “¡Hay
que ver las cosas que dice la gente! A veces hay que hacer un curso para
entenderles. Y ni le cuento cuando insultan.”
Yo: “Y eso le debe pasar seguido, ¿no?” (¡Ay!
¿Por qué le sigo la corriente???)
IT: “Con mucha frecuencia. Pero después de la
primera semana uno se acostumbra. Pero ni en los insultos hay creatividad,
mire. Siempre lo mismo.”
Yo: (A esta altura ya sin saber qué decir) “Eh…
estresante lo suyo, ¿no?”
IT: (Sonriendo de oreja a oreja) “¡Pero no! La
gente
está estresada. No tienen equilibrio emocional (¡Ah bué!). Hay que relajarse un
poco, saber respirar. Si la gente se tomara unos minutos al día para meditar,
todo andaría mejor.” (¡Ah, ya está! ¡Este hace yoga!)
Yo: “¿Hace yoga?” (¿Para qué pregunto?)
IT: “No. No. Lo mío es el Zen.” (Nooooo. ¡Esto
NO puede estar pasando!) “¿Sabe qué es?”
Yo: (Pensando cómo cortar ‘cordialmente’ esta
charla) “La verdad que no. Pero_”
IT: “Debería probar. Es genial.” (Y me da una
tarjetita con los datos de un lugar donde se practica)
Yo: “Gracias. Y volviendo a lo del
estacionamiento…”
IT: (Sonriendo) “Vivir apurado también hace
mal.” (Sí, querido, pero no me queda otra – como a muchos) “¿Cuánto tardará?”
Yo: “Y… unos 10 minutos no más.”
IT: “Bueno. Vaya tranquila.”
Yo: “¿Pero se pue– está permitido estacionar
acá? No veo carteles.”
IT: “Lo sacaron ayer para poner uno nuevo,
pero todavía no lo trajeron. Por eso estoy acá. Para explicarle a la gente que
no debe estacionar. Es difícil, porque al no haber cartel, te discuten y
discuten… en fin.” (Parece que el sosiego de la meditación va desapareciendo) “Pero
quédese tranquila, vaya no más.”
Yo: “Mil gracias. En un ratito estoy de
vuelta.”
Y me alejo rápidamente preguntándome si estuve
charlando con un purista de la lengua o con Lao Tse – o una mezcla de los dos.