Diálogo con empleado de estación de servicio.
Mientras el EES conecta la manguera para cargar gas, yo reviso las cubiertas.
Mientras el EES conecta la manguera para cargar gas, yo reviso las cubiertas.
EES: “Sra. ¿Vio que
tiene una goma baja?” (Bué. No sonaría tan mal si estuviese mirando la cubierta
en cuestión y no a mí.)
Yo: “Sí. Por eso
estaba mirando. Sentí que me tiraba un poco para la derecha.”
EES: (Se ríe) “¡Una
mujer que se da cuenta de eso!”
Yo: (Defendiendo el
género) “Mirá, la idiotez al volante no distingue entre mujeres y hombres.”
(¡Tomá!)
EES: “Tiene razón.
Ayer llegó un tipo que tenía una goma casi en llanta y no se había dado cuenta.
¡Acá se ve cada cosa!”
Yo: “¡Me imagino!”
(Digo esto mirando subrepticiamente alrededor para ver si no hay otro auto
esperando para cargar gas porque me doy cuenta que el EES tiene ganas de
hablar. Nada. Esto va a durar lo que dure la carga)
EES: “Con decirle que
la otra noche cayó uno sin luces. Eran como las once.”
Yo: (ya resignada y
con la vista fija en el contador del surtidor) “Uhm.”
EES: “Cuatro vagos y
dos minas. Todos ‘chupitegui’.” (expresión que deduzco significa en estado de
ebriedad – o en pedo, bah – por el gesto que acompaña la misma)
Yo: “Uhm” (viendo
como los numeritos del contador cambian más lentamente que de costumbre)
EES: “Tres maniobras
tuvo que hacer para acercar el auto al surtidor. Ni una luz. Si no se mataron
por ahí le pasó raspando.”
Yo: “Esperemos que
no. Pero andar sin luces en la ruta de noche es de locos.” (¿Por qué no sigo
con los ‘uhms’?)
EES: “Locos. Tarados.
Salames. Todo lo que se le ocurra. Lo peor es que si no se matan ellos, matan a
otro que nada que ver.”
Yo: (En esto tiene
razón) “Sí. Tenés razón.” (¡¿Por qué va tan lerda la carga?!)
EES: “¿Y ud. no tuvo
problemas para sacar el carnet con ese ojo?” (Señala mi ojo derecho y yo
pienso: ‘Bueno, para cargar gas no hace falta diplomacia o tacto’)
Yo: “No. Pero no
estoy autorizada a manejar de noche.”
EES: “Bueno, tiene
suerte. Así se salva de tarados como los de la otra noche.”
Yo: (Alivio patente
en mi voz cuando la lucecita indica el
fin de la carga) “Mirá. Ya está.”
EES: (Sacando
la manguera) “Listo Sra.” (Me da el vuelto) “Y vaya con cuidado. ¡Hay más
sicópatas que cortos de vista manejando por ahí!”
Le agradezco
el consejo con una sonrisa y arranco. Pienso que tendría que regalarle un
diccionario para que sepa bien qué es un sicópata y a quién se considera ‘corto
de vista’. Aunque, pensándolo bien...
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