Diálogos de
hospital 4 - Con Guardia de Seguridad.
2 a.m. Bajo
furtivamente y pongo el consabido papelito en la puerta del piso (una señora me
enseñó el truco para no tener que tocar el timbre a la vuelta y bancarse el
reto – muy merecido – de las enfermeras) y me dirijo a fumarme un puchito a la
calle. El GS – que ya me conoce – me abre la puerta y me sigue a ‘despuntar el
vicio’ – literalmente.
GS: “Se la
ve cansada, señora. ¿No puede dormir?”
Yo:
“¿Probaste alguna vez dormir en las sillas de plástico esas?”
GS:
(Mirándome como si fuese extraterrestre) “¿Cuánto hace que duerme así? ¿Por qué
no se trajo un sillón o reposera?”
Yo:
(Sorprendida por el tono de estupefacción de la pregunta) “¡Pero si hay
carteles por todos lados que dicen que no se puede ingresar sillones,
reposeras, etc. etc.!”
GS:
(Riéndose con ganas) “¡¿Y Ud. le hace caso a los carteles?! También está
prohibido tomar mate, comer, etc. etc.” (Estos últimos etcéteras son casi una
imitación de mis etcéteras)
Yo:
(Despabilándome un poco) “¿Y para qué mier…coles los ponen entonces? Si uno ve
un cartel prohibiendo algo, se supone que obedece la prohibición, ¿no?”
GS: (Me mira con lástima) “¿Dónde cree que
estamos? ¿En Suiza? Estamos en Argentina, Sra.” (Sí, claro, ¡y así nos va! Pero
no hay con qué darle a la lógica de su argumento)
Yo: “¿Vos te das cuenta que ésto viniendo de
un guardia de seguridad no es muy … eh… apropiado, no?”
GS: “Y, mire, si tuviese que actuar cada vez
que veo una contravención de esas acá, no me quedaría tiempo para vigilar cosas
más serias.”
Yo: “¿Cómo qué?” (Tono de ‘¡No me jodas! ¿Qué
cosas ‘serias’ pueden pasar acá?’ – aparte de la posibilidad de salir con los
pies por delante, por supuesto)
GS: “Robos. El otro día se afanaron dos
carteras y una silla de ruedas.”
Yo: “¡Me estás jodiendo!”
GS: “No. Una cartera de la sala de guardia y
otra de una señora que se durmió en el corredor.”
Yo: “¿Y la silla de ruedas?”
GS: “Una señora entró y pidió una para bajar
un enfermo del auto. Nunca entró de nuevo.”
Yo: “Bueno. ¡Ojalá se haya llevado la que se
le sale el tornillo de la rueda!”
GS: (Vuelve a reírse) “¿No hay una como la
gente, no?”
Parece que lo de las sillas de ruedas es vox
populi.
Yo: “Bueno. Gracias por la compañía y por la
charla. Muuuy instructiva. Lo primero que voy a hacer más tarde es mandarle un
mensajito a mi hijo para que me traiga un sillón.”
GS: “Ummm. No sé si lo voy a dejar pasar. Ja ja.
Y, ¿Sra.?”
Yo: “¿Si?”
GS: “Yo que ustedes uso un pedacito de
plástico y no un papelito para la puerta del primer piso. ¡Pero no usen una
tarjeta porque alguien se las va a afanar! Ja ja.”
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