martes, 11 de marzo de 2014

Diálogo con compañera pasajera en colectivo de línea local.

Subo al cole _ o mejor dicho, pongo un solo pie en el estribo _ y el cole arranca. Después de lograr pasar la tarjeta entre brazos, cinturas, y espaldas varias, me corro como puedo hacia atrás. Estoy por agarrarme de la barra cuando el cole frena de golpe haciéndome retroceder varios pasos – pasos que obviamente  di sobre diversos pies ajenos.

CP: “Agárrese porque este animal viene frenando así desde el sur.” (Esto viene de una señora que está sentada)
Yo: (Instalándome entre dos corpulentos muchachos cosa de tener muros de contención a ambos lados) “¿Y también viene arrancando como cuando subí?”
CP: “Por supuesto. Una bestia. Ni mi marido maneja así, mire. Y a mí no me dan el carnet y éste maneja un cole.”
Yo: (Me rio) “A lo mejor es nuevo.”
CP: “¡Nuevo tiene el cerebro! Se ve que no lo usa mucho. No se da cuenta que no lleva vacas acá sino personas.” (Bueno, se ve que viene juntando bronca desde hace rato)
Yo: (Tratando de evitar que la CP empiece a hablar a los gritos – porque ya está levantando la voz varios decibeles – sólo meneo la cabeza) “Uhmmm”
CP: “¡Y lo que ganan por tener el culo en el asiento y maltratar a la gente!” (Las últimas palabras se pierden en el escandaloso chirrido de frenos y todos los pasajeros nos afirmamos sobre una pierna para no volar hacia adelante.)
Yo: “La verdad que no es delicado para las maniobras.” (Mis paredes de contención me miran y se sonríen)
CP: “¡Es un tarado!” (Me mira de tal manera que si no expreso acuerdo puede llegar a matarme, pero sigo intentando que la calma prevalezca)
Yo: “Y, a veces trabajan de más y el tránsito pone nervioso a cualquiera.”
CP: “¡Que se la banque o no haga horas extras! Pero piensan en la plata no más. Total, que les importa si bajamos llenos de moretones por los golpes. Me imagino ud. que es puro hueso cómo debe quedar.” (Bueno, hora de seguir para atrás. Pero es imposible moverme de donde estoy)
Yo: (Sonriendo muy a mi pesar) “Cuando salga del centro no va a haber tanta frenada brusca, calculo”
CP. “Calcula mal. En el sur no había casi tránsito y también nos revoleó para todos lados. Menos mal que conseguí asiento rápido. Es un bruto.”
Mi pared de contención izquierda se mueve para atrás y yo lo sigo.
Yo: “Hasta luego.”
CP: “¡Si vivimos para contarlo! Este energúmeno nos puede matar a todos.”

Casi llegando al fondo encuentro un huequito al lado de un señor bastante rellenito y me acomodo ahí. Muro de contención contra arranque brusco localizado. Contra frenada brusca sólo me queda aferrarme a la baranda y confiar en mi fuerza.

A pesar de estar concentrada en mantener la vertical, no puedo evitar pensar en los múltiples adjetivos que la CP utilizó para designar al colectivero…

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