Diálogo con compañera
‘padeciente’ (estuve leyendo mucho del Lic. Rolón últimamente) en farmacia.
Entro a una farmacia
y, para mi sorpresa, está llena. Tomo el consabido numerito y me dispongo a
esperar.
CP: “Lleno, ¿no?” (Esto
viene de una señora de edad indefinida, muy bien vestida y llamativos anteojos
oscuros – llaman la atención por lo grandes)
Yo. “Ajá. ¿Por qué
será?”
CP: “Y, porque están
todos locos. Hace media hora que estoy y lo que más llevan son ansiolíticos y
porquerías para dormir.”
Yo: (Usando frase
aprendida en El Leyes que suele provocar verborragia) “¡¿No me diga?!”
CP: “Yo ni loca tomo
cosas de esas. Yoga o Pilates, mucha agua y ejercicio diario.”
Yo. “Y, sí. Pero a
veces no se puede y como está la cosa, la gente anda nerviosa.”
CP: (Hace un gesto
con la mano como barriendo mis palabras) “Todo está acá.” (Señala su cabeza) “A
mí me hacía mal mirarme al espejo – mi nariz. Me hice cirugía y listo. Si le
molesta la suya, tendría que probar con la cirugía. Le cambia la vida.”
(¡Ah, bueno! Me dijo
narigona, además de revelar por qué no está aquejada de ‘la locura generalizada’
– se ve que lo económico no es un problema para ella)
Yo: (Riéndome) “La
verdad, mi nariz no me molesta para nada – tampoco este ojo (señalo mi pobre
ojo derecho). Ni la boca grande o_”
CP. “Eso es bueno.
Aceptarse tal cual uno es.” (Bueno, no es tu caso, querida) “Y cambiar lo que
no nos gusta.”
Yo: Hmmm.
CP: “Hoy en día te
encontrás con alguien y le preguntás cómo anda y siempre tienen un problema. ¡Depresivos!
Pero no logran deprimirme.” (¿Esta cree que los demás viven para joderle la
vida?)
Yo: Hmmm.
CP: “¿Y ud. qué anda
buscando?”
Yo: “Una crema
cicatrizante - (Y sigo - ¡Ay! ¿Por qué sigo?) y ud.?”
CP: “También una
crema.” (Mira para todos lados y baja la voz un poco) “¿Ve esta mancha que
tengo bajo el ojo?” (Se levanta un poco los anteojos de sol y, la verdad, yo no
veo nada más que una pequeñísima manchita bajo un ojo sospechosamente libre de
patas de gallo o bolsas – podría pasar por una picadura de mosquito, miren) “¡Horrible!
Anduve y anduve hasta que un médico me recetó una crema. Dice que en un mes más
o menos puede desaparecer. Espero que sí, porque no me la banco. ¿Puede creer
que dos – DOS – médicos me dijeron que no era nada – que apenas se veía?” (Sí,
te creo. Dos médicos sinceros)
Alguien ‘canta’ el
número de la CP, realiza su compra y se dirige a la salida con un ‘Hasta luego’
de pasada. Una sra. mayor con boletita de PAMI en la mano se para a mi lado y,
que quieren que les diga, me siento liberada aunque ahora tenga que charlar
sobre reuma, problemas circulatorios, o artrosis….
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