Diálogo con Mi Otro Yo en el día de mi cumpleaños sesenta y … bué… alguito más.
Estoy agradeciendo saludos de cumple en FB cuando….
Yo:
(Trato de frenar lo que creo que sé que viene) “Ya sé. Apareciste para
torturarme con el ‘aniversario de mi natalicio’, ¿no? No te gastés. Ni pienso
darte bola”.
MOY: “¿Tu
natalicio? Naaa. ¡Nada que ver! Estoy
acá para recordarte el aniversario de la aparición de tu mejor personaje en tus
‘diálogos’. O sea, YO”. Me descoloca totalmente y toma ventaja de mi confusión.
“Ya sé que tu memoria, entre otros procesos mentales, va en declive, pero me
ofende profundamente que no te hayas acordado de tan importante
acontecimiento”.
Yo:
(Debe tener razón en lo de la memoria porque no sé de qué diablos habla) “No
tengo idea de qué taradez estás tratando de_” (Como siempre, me interrumpe).
MOY:
“Esperá que me aclaro la garganta para enunciar lo que sigue con la claridad
que se merece y_”
Yo: (Para
variar, interrumpo yo) “¡Dale! ¡Dejate de joder! ¡Decí lo que tenés que decir y desaparecé!”.
MOY:
(Sin inmutarse) “Acá va: hoy, hace exactamente
8 años, vos, que lo único que hacés es registrar mi genialidad, publicabas tu primera
conversación CONMIGO, el/la/le ‘ONE AND ONLY’ TU OTRO YO”. (O yo ya tomé
demasiada cerveza o MOY está totalmente fuera de control).
Yo: (Más
que atónita) “¿Qué_?” (Oooootra vez no me deja terminar).
MOY:
“¿No te acordás del ‘llegaste a los dos
patitos’? Por respeto no digo el número, aunque quienes ME siguen en tus
publicaciones saben a qué me refiero:´ dos patitos de edad en 2013 más 8 años
son….. Eso, y que sos tan salame ¡que seguís teniendo la fecha de nacimiento en
FB! Ja ja”.
Yo: (Me
cae la ficha como si fuese una pesa de 10kg) “¡No te puedo creer! ¿En vez de
felicitarme por mi cumpleaños, estás festejando tu aparición en mis
publicaciones? ¡Me estás usando para satisfacer tu vanidad!”.
MOY: “¡Bueno,
che! Reconocé que soy tu mayor activo/recurso/valor, _”.
Yo:
(Corto la seguidilla de sinónimos porque seguro que ‘googlió’ una docena)
“Mirá, te voy a mandar al carajo con elegancia. Pedro Calderón de la Barca dijo
que ‘en la más noble lengua la propia alabanza es vil’”.
MOY:
“Voy a ‘googliar’ eso de la ‘noble lengua’ porque creería que ‘mandar al
carajo’ no es una expresión que esa clase de lengua admita, che”.
Estoy
por replicar pero me doy cuenta que desapareció porque ya cumplió su cometido:
romperme los quinotos y pasar su aviso
publicitario. ¡De no creer!
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