jueves, 5 de agosto de 2021

 

Diálogo con Joven Meditador

 

Llego a la  costanera este  bastante cansada y decido bajar una suave pendiente hasta  la arena para sentarme y descansar.

Veo un joven (recordar que a mi edad, ‘joven’ puede ser cualquier persona entre los 20 y los 40). Aparentemente  está meditando – posición de loto y con dedos pulgar e inicial formando un círculo perfecto. Estoy por sentarme cerca cuando veo dos pelotas – de cuero por cómo se mueven – que ruedan lenta pero ininterrumpidamente hacia el agua.

Yo: “Disculpame, ¿esas son tus pelotas?” (Bueno, si hubiese dicho ‘¿esas pelotas son tuyas?’ hubiese sonado peor).

Como no parece registrar mi voz, me calzo bien el barbijo y levanto el volumen.

“¡DISCULPAME! ¿ESAS PELOTAS SON TUYAS?”.  Y, para  acompañar lo verbal con lo gestual dando contexto a la pregunta, señalo  hacia la orilla de lo que queda de la laguna Setúbal.

Abre los ojos, da un salto y corre tras los balones. Los alcanza muy cerca del agua. Me doy vuelta y miro la pendiente que ahora tengo que subir. No tiene más de 25 grados, pero mis músculos envían mensajes a mi cerebro diciendo que por lo menos es de 60 grados.

JM: “¡Sra! ¡Espere!”.  Giro y casi le agradezco por darme una excusa para no encarar ‘la trepada’.

JM: “Gracias por mirarme las pelotas”. (Bueno, bueno. Menos mal que él también incluye lenguaje gestual  señalando las pelotas que trae en las manos). “Son de cuero. ¡Si se me mojan se me arruinan!”

Yo: “Me pareció que eran de cuero. Hablando de otra cosa, te envidio la capacidad de meditar que tenés”. (Hay que alargar la charla para descansar otro poquito).

JM: “No, no. Estaba durmiendo. Por eso nunca pude meditar. Cierro los ojos y me duermo”. (¡Ah, bueeeeno!)

Yo: “Si yo me duermo en esa posición, termino despertándome cuando caigo sobre la arena! Ja ja. Bueno, tengo que seguir”. (Digo esto tanto para el JM como para mis músculos. El primero me contesta, los segundos me ignoran)

JM: “¿Cansada, no?” (Perspicaz el muchacho) “Pero todo está en la mente, Sra. Si se visualiza caminando sin cansarse, eso es lo que va a hacer”.

Yo: “Bueno, eso voy a hacer. A ver qué resultado da. Y ya que estamos, vos deberías probar a ‘visualizarte’ meditando sin dormirte – a ver cómo te va”.

 

Me rio y lo saludo con la mano. Veo que junta las cejas como cuando mis alumnos hacían un esfuerzo de concentración. No sé si le va a dar resultado. Seguro que a mí no, porque desde la cintura a las puntas de los pies cada músculo y tendón, vaso sanguíneo y cualquier otra cosa de mi anatomía están protestando.

jueves, 1 de julio de 2021

 

Diálogo con Mi Otro Yo (¿O catarsis de MOY?)

 

Estoy recorriendo Facebook y disfrutando distintos posteos cuando…

 

MOY: “Hoy quiero hablar. Hoy quiero sumarme al Discurso de Odio que está de moda, así que_” (corto lo que me parece que se viene)

Yo: “¿Otra vez con la política? ¡Dejate de hinchar!”

MOY: “No. No. De eso es al dope – como vos decís – decir algo. Me llevaría lo poco que te queda de vida, che”.

Yo: (¡HDP!)“¿Sabés que lo que me queda de vida es el mismo tiempo que te queda a vos, no? Y ya que estamos, ¿sabés que yo te odio, no?”.

MOY: “¡Eso es lo maravilloso! Toooodo puede ser odiado, ¿viste? (¡Está de la nuca mal!) “Paso a mi primer capítulo del odio. Ooodio algunas propagandas ”.

Yo: (Totalmente atónita) “¿Las propagandas? ¿Qué propagandas? ¿Por qué _?”

MOY: (¡Cuándo no interrumpiendo!) La del laxante que dice: ‘ir al baño te hace bien’, por ejemplo. ¡Qué creativos! ¡Como si ‘descargar’ fuese una elección! Hubiesen usado el viejo dicho ‘Dios nos hizo agujereados para no morir reventados y este laxante te ayuda’, por ejemplo”.

Yo: “¡Pará! ¡Ni se te ocurra seguir! ¡Estás fuera de control!”.

MOY: “Fuera de control están ‘los creativos’ de las agencias de publicidad”.

Yo: “¿Desde cuándo analizás el lenguaje en la publicidad? No_”

MOY: (¿Alguna vez me va a dejar terminar de hablar?) “Desde que diste ese curso sobre el lenguaje publicitario. ¿No te acordás?”

Yo: “Sí, me acuerdo. ¡Pero fue hace años! ¿Por qué ahora vos_?”

MOY: “Porque yo sí tengo memoria, a diferencias de vos. Analizaste el lenguaje en comerciales, ¿no?”.

Yo: “Ya sé. Lo que no entiendo es_”

MOY: “Analizá el de una empresa de seguridad que dice: ‘para que no sufras DE un robo’.  ¿Habrán querido equiparar ‘robo’ con ‘enfermedad’? Buena idea, excepto porque insultan el idioma usando el DE.  Se sufre DE una enfermedad o condición, pero se sufre un robo/ atentado/ataque, etc.”.

Yo: “¿Ahora sabés de colocaciones también? ¡No te puedo creer! ¿Te la agarraste con los creativos de las agencias? No_”

MOY: “No solo con ellos. Y los y las – hay que ser políticamente correctos – locutores/as también”. 

Yo: “Terminemos con esto. ¿Qué _?”

MOY: “¿No escuchaste la locutora del comercial radial de un supermercado mayorista? (Y procede a imitar la locutora) ‘En (nombre del súper) podés ahorrar y disfrutaaaaa(r). Y pagás $79,69 finaaaa (l)’. O sea, termina las frases alargando la última vocal mientras exhala como si estuviese en éxtasis post-coi_?”.

Yo: “¡Ni se te ocurra terminar la palabra!”

MOY: “ ¡Y yo que busqué un sinónimo para no decir la otra que ibas a calificar de ‘soez’! A vos no hay pastito que te venga bien, che.”

Estoy por retrucar cuando me doy cuenta de que ya se fue. Pero seguro  MOY se las trae con esto del discurso del odio ….

viernes, 12 de marzo de 2021

 

Diálogo con Vecina (de la quinta)

 

Después de 1 hora tratando de abrir la tapa del prefiltro de la bomba de la pile, tengo que reconocer que no tengo fuerza suficiente y que no me va a quedar otra que recurrir a la vecina.

Llego hasta el portón y veo que está tomando mate con su hijo mayor. No necesito golpear las manos porque  sale disparada a mi encuentro, dejando al pobre hijo con la mano extendida para alcanzarle el mate.

V: “¡Hola! ¡Qué milagro que se haya cruzado!” (Milagro no, che, circunstancias apremiantes me obligaron). “Mire que no tengo sandías hoy, ja já”. (Me hace sentir mal que tenga razón. Ni en dope me cruzaría más que para conseguir sandías).

Yo: “Ja, já. No busco sandías. Estoy necesitando un hombre”. (En el momento que las palabras terminan de salir de mi boca, me arrepiento de haberlas dicho).

Queda muda por una fracción de segundo  y sus ojos se abren como platos, pero se recupera más rápido de lo que yo puedo pensar en qué carancho decir para aclarar la cosa.

V: “¡Y quién no! Ja já”. (Se ríe, pero veo que mira nerviosamente hacia la galería donde su marido se ha sentado junto a su hijo para matear).

Yo: “No, no”. (La negación es otra elección errónea ya que no hace más que afirmar que entendí lo que ella entendió por ‘estoy necesitando un hombre’. ¡QLP! Así que me apuro a explicar) “Es que me parece que cerré la tapa del prefiltro de la pile con demasiada fuerza y ahora no la puedo abrir”. (Pienso en agregar que es para abrirla que necesito la fuerza de un hombre, pero creo que se cae de maduro, ¿no?)

V: “¡Ah!” (Entonación de decepción. ¡Y claro! La charla se tornó mucho menos jugosa desde su punto de vista). “Bueno. Ya le digo al Beto”. Y procede a dejarme sorda gritándole al hijo para que se acerque. “Acá la Sra. ‘necesita un hombre’. (Como de costumbre, su ‘ encomillado’ es una obra maestra de carga de significado).

Le explico a Beto lo que necesito y parte hacia mi portón sin decir palabra pero meneando la cabeza ante el comentario de la madre.

Yo: (Giro para seguir a Beto). “Gracias. Seguro él la puede abrir”.

V: “Seguro. Pero contrólelo porque es bruto como el padre. No vaya a ser que se la rompa”.

(¿Nunca una opinión positiva sobre nadie esta mujer? ¡No se salvan ni el marido ni el hijo!)

Sé que no tengo que agregar nada, pero como ya estoy yéndome…

Yo: “Mucha risa con lo de que ‘necesito un hombre’, ¡pero me mandó su hijo y no su marido! Ja já”.

Parto rauda hacia mi casa. Esto lo voy a pagar caro, pero ¡cómo disfruté quedarme con la última palabra!

 

viernes, 19 de febrero de 2021

 Diálogo con Mi Otro Yo en el día de mi cumpleaños sesenta y … bué… alguito más.

 

Estoy agradeciendo saludos de cumple en FB cuando….

 MOY: “¡HOOOOOOLA! ¡Feliz aniversario!!!

Yo: (Trato de frenar  lo que creo que  sé que viene) “Ya sé. Apareciste para torturarme con el ‘aniversario de mi natalicio’, ¿no? No te gastés. Ni pienso darte bola”.

MOY: “¿Tu natalicio? Naaa. ¡Nada que ver!  Estoy acá para recordarte el aniversario de la aparición de tu mejor personaje en tus ‘diálogos’. O sea, YO”. Me descoloca totalmente y toma ventaja de mi confusión. “Ya sé que tu memoria, entre otros procesos mentales, va en declive, pero me ofende profundamente que no te hayas acordado de tan importante acontecimiento”.

Yo: (Debe tener razón en lo de la memoria porque no sé de qué diablos habla) “No tengo idea de qué taradez estás tratando de_” (Como siempre,  me interrumpe).

MOY: “Esperá que me aclaro la garganta para enunciar lo que sigue con la claridad que se merece y_”

Yo: (Para variar, interrumpo yo) “¡Dale! ¡Dejate de joder! ¡Decí  lo que tenés que decir y desaparecé!”.

MOY: (Sin inmutarse) “Acá va: hoy, hace exactamente  8 años, vos, que lo único que hacés es registrar  mi genialidad, publicabas tu primera conversación CONMIGO, el/la/le ‘ONE AND ONLY’ TU OTRO YO”. (O yo ya tomé demasiada cerveza o MOY está totalmente fuera de control).

Yo: (Más que atónita) “¿Qué_?” (Oooootra vez no me deja terminar).

MOY: “¿No te acordás del  ‘llegaste a los dos patitos’? Por respeto no digo el número, aunque quienes ME siguen en tus publicaciones saben a qué me refiero:´ dos patitos de edad en 2013 más 8 años son….. Eso, y que sos tan salame ¡que seguís teniendo la fecha de nacimiento en FB! Ja ja”.

Yo: (Me cae la ficha como si fuese una pesa de 10kg) “¡No te puedo creer! ¿En vez de felicitarme por mi cumpleaños, estás festejando tu aparición en mis publicaciones? ¡Me estás usando para satisfacer tu vanidad!”.

MOY: “¡Bueno, che! Reconocé que soy tu mayor activo/recurso/valor, _”.

Yo: (Corto la seguidilla de sinónimos porque seguro que ‘googlió’ una docena) “Mirá, te voy a mandar al carajo con elegancia. Pedro Calderón de la Barca dijo que ‘en la más noble lengua la propia alabanza es vil’”.

MOY: “Voy a ‘googliar’ eso de la ‘noble lengua’ porque creería que ‘mandar al carajo’ no es una expresión que esa clase de lengua admita, che”.

Estoy por replicar pero me doy cuenta que desapareció porque ya cumplió su cometido: romperme los quinotos  y pasar su aviso publicitario. ¡De no creer!

miércoles, 10 de febrero de 2021

 

Diálogo con Kiosquero

 

El diluvio en El Leyes ya lleva varios días y mis reservas de elementos esenciales (quienes me conocen ya saben cuáles son) están en rojo, así que cuando la lluvia afloja un poco me calzo las botas y decido pegarme una corrida al lugar más cercano – el kiosco. Lo de ‘corrida’ es una manera decir, ya que después de algunos  pasos en la arena más que empapada, empiezo a caminar como pato criollo. ¡No asociar esto con el famoso dicho! Es solo que avanzo con el típico balanceo de un lado al otro de esos animalitos porque mis pies se entierran con cada paso.

Finalmente llego al Kiosco.

 K: “¡Hola doña! ¿Cómo anda, aparte de embarrada? Ja Ja”. (¡¿Por qué no te metés el humor en el … bolsillo?!).

Yo: “Para el traste. Sin teléfono ni internet. Ya van 10 días y Telecom ausente”.

K: “Ay, ay, ay”. (Ya extrañaba la repetición inicial del ‘ay’, ‘si’, y ‘no’). “Puede esperarlos sentada. Hay un montón de gente con el mismo problema. Al  doctor XX hace casi 15 días que lo tienen colgado”. (Entonación de: O sea, si a un Sr doctor lo tienen ‘colgado’, ¡imaginate si van a venir a arreglarte a vos  – docente y jubilada!). “¿Quiere recargar el celular, no? Tengo vaaaarios nuevos clientes para eso”. (O sea: la desgracia de los ‘vaaaarios’ le vino al pelo a él).

Yo: (Me niego a la extorsión ‘tu desgracia es mi negocio’). “No. Tengo datos todavía y los usos lo menos posible”. (¡Tomá!)

K: “Ay, ay, ay. Debe ser una cuestión de edad. Los más jóvenes no pueden vivir sin datos. Ja ja. Se mueren si no pueden boludear en internet”. (Me banco el comentario porque insertaste el ‘más’ antes de ‘jovenes’en la primera oración, ¡QTP!, y ni pienso comunicarte que yo también extraño ‘boludear en internet’).

Yo: “Y mire que yo ya llamé tres veces. Pero_” No me deja terminar.

K: “Sí, sí, sí. Te atienden muy bien pero marche preso, Ja ja.” (Debe estar recargando crédito a lo loco para que esté de tan buen humor el muy HDP).

Yo: (Me puede la indignación y pongo mi mejor cara de vinagre). “Me alegro que por lo menos Ud. ande de buen humor”.

K: “Bueno,  bueno, bueno”, (esta secuencia repetitiva es nueva) “va a llevar cigarrillos y cerveza, ¿no?”.  (Lo dicho, es un extorsionador, el muy desgraciadito).

Yo: (Me trago la indignación pero mantengo la cara de vinagre) “Sí. Espero llegar de vuelta a casa antes de que se largue de nuevo”. (O sea, ni pienso seguir charlando con vos).

K: “No, no, no. No llueve de nuevo hasta dentro de una hora, más o menos”. (¿Para qué consulto el servicio meteorológico nacional?)

Yo: (Mientras me alcanza las compras, no puedo resistir hacer un último comentario irónico). “Ahora voy a pasar todas las mañanas y le pregunto cómo va a andar el clima, ja ja”.

K: “Encantado. Nunca le erro”. (Sonríe y me doy cuenta que la ironía no fue registrada).

 

Me retiro con la cabeza gacha, tanto por haber  sido vapuleada por el kiosquero, como por la necesidad de mirar bien dónde pongo los pies. Perdón Borges, pero eso de “la derrota tiene una dignidad que la victoria no conoce” no me hace sentir mejor.

 


miércoles, 3 de febrero de 2021

 

Diálogo con Vecina Desconocida. (Aunque otra vez hago la salvedad que acá son todos conocidos)

 

Estoy volviendo de hacer unas compras en lo del Armenio (no ha logrado que nadie diga ‘minimercado’, pobre) con dos bolsitas – una en cada mano – cuando escucho gritos a mis espaldas.

 

VD: “¡ATÁJELO! ¡SE ESCAPA! ¡ATÁJELO! ¡SE ESCAPA!”.  Pienso: Le afanaron a alguien. (Sí, en este supuesto paraíso también hay motochorros, bicichorros y ‘a-pata’ chorros).

Giro instintivamente, sin pensar que con mi físico no puedo parar ni a un mosquito, menos a un chorro, sea cual sea la edad o el vehículo en el que se desplaza. La escena que registro me deja tiesa.

La VD, mientras sigue gritando, corre como loca tras un … ¡gallo! Corre en zigzag con una destreza  digna de una estrella de rugby o football americano (El gallo, no la VD).

Dejo las bolsas en el suelo y me quedo totalmente inmóvil. Logro agarrarlo cuando pasa a mi lado. (Y ni tuve que hacer un tackle, miren).

VD: (Toma el gallo de mis manos y lo acaricia para que se calme) “¡Gracias!”.

Yo: “Por nada. ¡Qué velocidad que tiene! Ja ja”.

VD: “¡Este HDP me hizo correr dos cuadras!”. (Está más agitada que el gallo, que se queda quietito en sus brazos). “Es el tercer gallo que le traje a mis gallinas. Y es el único que aceptaron las guachas”.

Yo: “¡Mire Ud.! Selectivas las gallinas”. Vuelvo a reírme y pienso que ‘las chicas’ tienen derecho a elegir, che.

VD: “¡Ay! ¡Se le ensuciaron las bolsas! Véngase hasta casa y le doy dos limpias”.

Yo: “No hay problema. No traigo nada que se haya podido ensuciar. Gracias de todos modos”. (Vuelvo al tema del fugitivo) “Qué raro que se le haya escapado así”.

VD: “Es la segunda vez que lo hace. No sé por qué. Capaz las gallinas lo atacaron alguna vez, qué se yo”. (El gallo, que se hace el idiota, me mira de reojo).

Yo: “Raro que una gallina ataque un gallo”.

VD: “¡No conoce mis gallinas! Son bravas en patota”. (Se ríe, y yo veo que al gallo, que sigue mirándome de reojo,  no le hace mucha gracia el comentario y sacude la cabeza como para indicar que ya deje de acariciarlo).

Yo: “¿Y son ponedoras?”.

VD: “Gracias a Dios, sí”. (El gallo me mira como diciendo: ‘ ¿y yo no tengo nada que ver, no?”) “Vendo un montón y eso ayuda ahora que no hay mucho trabajo ¿vio? Le voy a alcanzar algunos. Ud. está en la casa con la Santa Rita grande en el frente, ¿no? La profe de inglés”. (Vuelve  a sorprenderme que todo el mundo sepa quién soy, y ni agrego que ya hace vaaarios años estoy jubilada).

Yo: “No se moleste”.

VD: “¡Qué molestia ni molestia! Si le puedo alcanzar algunos huevos  va a ser porque Ud. me agarró el Julio”. (Quedo regulando unos segundos hasta que me doy cuenta que ‘Julio’ es el gallo).

Yo: “Bueno, gracias”.

VD: “A Ud. doña”.

 

Tomamos caminos opuestos, y mientras sacudo las bolsitas con las compras, pienso que ‘Julio’ debería cuidarse de la patota femenina del gallinero, y recordar un dicho muy de campo: “Pluma a pluma se queda el gallo sin ninguna”.