Diálogo con Mi Otro
Yo ( Y, sí, hoy tenía que aparecer después del ‘episodio’ con la pala)
Estoy sentada en un
sillón a la sombra de la acacia y colocándome hielo en el ojo cuando…
MOY: “¡Hola, hola,
hola!”
Yo: (Con el
entusiasmo de alumno que saluda la mesa de examen) “Hola. Qué milagro que
apareciste”
MOY: “Milagro es que
no te sacaras el ojo derecho. Bueno… pensándolo bien, ¿para qué lo querés, no?
Yo: “Mirá, me duele
el ojo, tengo un corte en la ceja, y se me está hinchando la parte de arriba
del ojo … O sea, ¡desaparecé!”
MOY: “El arco
superciliar derecho.”
Yo: “¿Eh?”
MOY: “El lugar
donde tenés esa ‘bolsa’ que va tomando los colores del arco iris es el arco
superciliar derecho. Lo ‘googlié’.”
Yo: “Vos sí que
estás al reverendo … eh … gas, ¿no?”
MOY: (Sin darme
cinco de bolilla) “¿Vos me querés decir qué hacías con la pala de hierro?
Aparte de casi partirte la cabeza, claro.”
Yo: “Estaba
tratando_”
MOY:
(Interrumpiendo como es su costumbre) “¿De autoagredirte? Mirá que tenés otros
episodios, ¿eh? ¿Te acordás cuando le pegaste el frentazo a la silla de
algarrobo? Si te querés suicidar, ¿por qué no seguiste con la docencia?”
Yo: (Acomodando la
bolsita de hielo) “Voy a ser grosera: me tenés hinchadas las _”
MOY: “EL – no LAS –
el arco superciliar derecho tenés hinchado – es más, me parece que te está
sangrando la ceja de nuevo.”
Yo: (Me paso el
dedo por el lugar indicado y, efectivamente, está sangrando) “Vos me hacés
subir la presión y por eso me sangra de nuevo. ¡Haceme un favor y llamate a silencio!”
MOY: “Yo me
llamaría a silencio. Pero alguien te
tiene que decir que dejés de hacer boludeces.”
Yo: “¡Y apareció tu
palabra preferida!”
MOY: “No. Mi
palabra preferida es ‘boludez’. Pero ya que me lo pedís, lo que hiciste fue una
BO-LU-DEZ.” (¡Y se le nota el tono de satisfacción a la muy HDP!)
Yo: “¡Dejate de
JO-DER! ¡Sos más pesada y pegajosa que el calor que hizo hasta ayer!”
MOY: “¡Ah! ¡Ya sé! ¡La
gotita! ¿Viste que a los boxeadores cuando les hacen un corte les ponen la
gotita?”
Yo: “La gotita te
pondría yo a vos en la boca para no tener que aguantarte.”
MOY: “Está bien. Si
no querés consejos…. pero acordate: ‘lo que la gotita pega, nada nada lo
despega. Jaaaaaaaaaaaaaaaaaaa”
Yo: “¿Te podés ir a
la Mier….?”
MOY: “Como nó.
Vuelvo a tu cerebro entonces. Pero yo que vos dejo de tratar de sacar esos
yuyos con la pala de hierro. Acordate lo que decía Miguel de Unamuno: “El modo de dar una vez en el clavo es dar
cien veces en la herradura”. No creo que tu cráneo resista cien golpes con
la pala, ¿vió?”
Ya sé que lo he
dicho muchas veces, ¡pero que es una HDP, ES una HDP!
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