domingo, 14 de junio de 2015

Diálogo con conciudadana votante

Me voy tempranito a ejercer mi derecho cívico. (Yo lo considero un derecho y no una obligación, ¿vió?) Hay varias personas en la cola así que me dispongo a esperar cuando alguien me toca el hombro.

CV: “Disculpe, Sra.”
Yo: “¿Si?
CV: “¿Ud. sabe votar bien?” (¡Ay, querida!  ¡No sabés cuántas interpretaciones de esa pregunta hay! Está la concreta que se refiere al procedimiento, la ética que nos obliga a pensarnos responsables del bien común al emitir el voto, la pragmática que considera real sólo lo que funciona, etc. etc.)
Yo: (Viéndola muuuuy joven me inclino por la interpretación sobre el procedimiento). “Bueno, entrás, entregás el documento y te dan las boletas para_”
CV: (Con cara de pánico) “¿Cómo que te dan las boletas? ¿¡No las elijo yo del cuarto oscuro?!” (¡¿Pero querida, dónde estuviste estos últimos 10 años?!)
Yo: “No, no. Hace rato que se vota con boleta única.”
CV: “Lo que pasa es que es la primera vez que voy a votar y le pregunté a mi abuelo que me explicó algo, pero después mis amigas me dijeron otra cosa.” (¿Y las fuentes  de información que se te ocurrieron fueron esas dos no más?)
Yo: “Ah. Entonces seguro tu abuelo no vota hace rato…”
CV: “Y, no. ¿Pero entonces cómo es la cosa?”
Yo: (Arrancando nuevamente) “Ellos te van a dar cinco boletas. Una por cada cargo electivo – o sea – (agrego porque la veo más perdida que turco en la neblina) Una para gobernador, otra para senador, otra para diputados, otra para intendente y la última para concejal. Ahí tenés los nombres y las fotos de los candidatos y el partido al que pertenecen.”
CV: “¿Y qué hago?” (Otra pregunta con múltiples interpretaciones y respuestas, y me tengo que morder la lengua para no contestar lo primero que me viene a la mente)
Yo: “Al lado de cada uno tenés un rectángulo en blanco y ahí ponés una cruz – acordate de marcar sólo una.” (Me da pena la expresión de concentración que tiene mientras trata de recordar lo que le digo)
CV: “Ajá. Una sola cruz por boleta.”
Yo: “Y después doblás la boleta por las líneas de punto que tienen al dorso – del lado de atrás (aclaro por las dudas, ¿vió?)
CV: “Doblo por las líneas. ¿Y eso para qué?” (¡Ay! ¡Ir a votar puede ser estresante por más de una razón!)
 Yo: “Para que no se vea a quién votaste. Además las firmas de los integrantes de la mesa tienen que quedar para arriba.” (Ya veo que es demasiada información para la CV)
La cola se va moviendo y la CV se ve cada vez más nerviosa.
Yo: “Cualquier duda que tengas, pedile ayuda a la presidente de mesa.”
CV: “¡Voy a parecer una pelotuda!” (Bué, ¡yo me preocuparía más por lo que vas a hacer una vez sentada en el box que por lo que piensen los demás!) “¿Ud. por quién va a votar?”
Yo: (Sonriéndome) “Ahí no te puedo ayudar. El voto es secreto.”
CV: “Seee. Y bueno….” (No voy a parafrasear esto porque creo que el lector ya sabe qué quiere decir en realidad)
Yo: “Bueno. Creo que ya entro. ¡Suerte!”
CV: “See. Gracias.” (Entonación de ‘no me ayudaste mucho’)


Mientras camino de vuelta a casa, agrego una interpretación más al ‘votar’ – la ‘lotérica’ (adjetivo que acabo de inventar y que seguramente uds. no tienen dificultad en saber de qué sustantivo deriva)

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