Diálogo con
conciudadana votante
Me voy tempranito a
ejercer mi derecho cívico. (Yo lo considero un derecho y no una obligación,
¿vió?) Hay varias personas en la cola así que me dispongo a esperar cuando
alguien me toca el hombro.
CV: “Disculpe,
Sra.”
Yo: “¿Si?
CV: “¿Ud. sabe
votar bien?” (¡Ay, querida! ¡No sabés
cuántas interpretaciones de esa pregunta hay! Está la concreta que se refiere
al procedimiento, la ética que nos obliga a pensarnos responsables del bien
común al emitir el voto, la pragmática que considera real sólo lo que funciona,
etc. etc.)
Yo: (Viéndola
muuuuy joven me inclino por la interpretación sobre el procedimiento). “Bueno,
entrás, entregás el documento y te dan las boletas para_”
CV: (Con cara de
pánico) “¿Cómo que te dan las boletas? ¿¡No las elijo yo del cuarto oscuro?!” (¡¿Pero
querida, dónde estuviste estos últimos 10 años?!)
Yo: “No, no. Hace
rato que se vota con boleta única.”
CV: “Lo que pasa es
que es la primera vez que voy a votar y le pregunté a mi abuelo que me explicó
algo, pero después mis amigas me dijeron otra cosa.” (¿Y las fuentes de información que se te ocurrieron fueron esas
dos no más?)
Yo: “Ah. Entonces seguro
tu abuelo no vota hace rato…”
CV: “Y, no. ¿Pero
entonces cómo es la cosa?”
Yo: (Arrancando
nuevamente) “Ellos te van a dar cinco boletas. Una por cada cargo electivo – o sea
– (agrego porque la veo más perdida que turco en la neblina) Una para
gobernador, otra para senador, otra para diputados, otra para intendente y la
última para concejal. Ahí tenés los nombres y las fotos de los candidatos y el
partido al que pertenecen.”
CV: “¿Y qué hago?”
(Otra pregunta con múltiples interpretaciones y respuestas, y me tengo que
morder la lengua para no contestar lo primero que me viene a la mente)
Yo: “Al lado de
cada uno tenés un rectángulo en blanco y ahí ponés una cruz – acordate de marcar
sólo una.” (Me da pena la expresión de concentración que tiene mientras trata
de recordar lo que le digo)
CV: “Ajá. Una sola
cruz por boleta.”
Yo: “Y después
doblás la boleta por las líneas de punto que tienen al dorso – del lado de
atrás (aclaro por las dudas, ¿vió?)
CV: “Doblo por las
líneas. ¿Y eso para qué?” (¡Ay! ¡Ir a votar puede ser estresante por más de una
razón!)
Yo: “Para que no se vea a quién votaste.
Además las firmas de los integrantes de la mesa tienen que quedar para arriba.”
(Ya veo que es demasiada información para la CV)
La cola se va
moviendo y la CV se ve cada vez más nerviosa.
Yo: “Cualquier duda
que tengas, pedile ayuda a la presidente de mesa.”
CV: “¡Voy a parecer
una pelotuda!” (Bué, ¡yo me preocuparía más por lo que vas a hacer una vez
sentada en el box que por lo que piensen los demás!) “¿Ud. por quién va a
votar?”
Yo: (Sonriéndome) “Ahí
no te puedo ayudar. El voto es secreto.”
CV: “Seee. Y bueno….”
(No voy a parafrasear esto porque creo que el lector ya sabe qué quiere decir
en realidad)
Yo: “Bueno. Creo
que ya entro. ¡Suerte!”
CV: “See. Gracias.”
(Entonación de ‘no me ayudaste mucho’)
Mientras camino de
vuelta a casa, agrego una interpretación más al ‘votar’ – la ‘lotérica’
(adjetivo que acabo de inventar y que seguramente uds. no tienen dificultad en
saber de qué sustantivo deriva)
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