martes, 4 de enero de 2022

 Diálogo con Traumatólogo (Y bueno, hacía rato que no lo veía…)

 

Abro la puerta del consultorio y el T levanta la vista de mi historia clínica.

T: “Bueno, bueno, bueno. ¡Miren quién apareció!”

Yo: “Buenas tardes. ¿Cómo anda?” Me siento, coloco los antebrazos en el escritorio e, involuntariamente,  doy un pequeño respingo por el dolor en mi brazo derecho.

T: “Yo ando de maravilla. Ud. me parece que no”. (Todo un Sherlock Holmes el hombre)

“A ver, voy a adivinar. Terminó de coleccionar problemas en los miembros inferiores y ahora le tocó a los superiores, ¿no?”

Yo: “Muy gracioso. Tampoco es que me destrocé las piernas, ¿no?” (Mi  ‘¿no?’ fue una muy buena imitación de su ‘¿no?’)

T: (Larga una carcajada). “¿Ve? Por eso la extraño cuando no viene. Seguro lo que sea que tenga le está doliendo mal y sin embargo se toma el tiempo para hacerme reír”. (Ya no tenés edad para usar el ‘mal’ de ese modo, che).

Yo: (Me río) “Bueno, le voy a empezar a cobrar las consultas entonces. Y no atiendo por obra social”.

T: “Ja ja. Bueno, veamos, ¿qué hizo esta vez y qué se jodió?” (Por eso yo también lo extraño. ¿Qué médico usa ‘jodió’ por ‘lastimó/ lesionó’?)

Yo: “No me va a creer, pero no tengo idea de qué hice”. (No te voy a dar pistas gratis. Laburá, che)

T: “Si le creyera a los pacientes no curaría ni uno. Ja Ja”. (¡¿Pero quién sos?!  ¡¿Dr House?!). Se levanta, rodea el escritorio, y yo me veo venir ‘la manipulación’ de aquella parte de mi anatomía que yo le diga que me duele). “Brazo derecho, ¿no?”

Yo: (Muy a mi pesar tengo que admitir que tiene ‘ojo clínico’) “Podría ser el izquierdo…”

T: “Naaa (Para mí, éste está mucho en contacto con adolescentes) Estiró bien el brazo izquierdo, pero el derecho trató de controlarlo. O sea, le duele”.

Yo: (Entrego mi brazo derecho al sacrificio) “Y bueno. Diviértase no más”.

T: (Se ríe y maneja mi brazo como si fuese una manivela, mientras yo aprieto los dientes). “Ponga el brazo en la posición donde NO le duela”. (Procedo a hacer lo que me dice y quedo como modelo – re vintage – posando con el brazo doblado por detrás de la cabeza, como si me estuviese sosteniendo la nuca mientras miro hacia arriba) “Esta vez sí que se jodió lindo, eh?” (¡Vos seguí ‘jodiendo’ no más, que yo la estoy pasando ‘bomba’, LPM!) “Bueno, del elevador de la escápula para abajo tiene una bruta tendinitis”. (Bueno, no sabía que tenía una ‘espátula’ en la espalda y confirmo que sigue usando ‘bruta’ para describir el grado de una tendinitis)

 “Esta vez no zafa de la kinesiología”. Y procede a escribir en varios papelitos)

Yo. “¿Está redactando su testamento?”

T: “Si sigue así, le convendría hacer a Ud. el testamento”. (¡Bueno, che, pará un poco!) “A ver si deja de podar en altura”.

Yo: “Frío, frío. No podé. Por eso le dije que no sé qué hice para que me pase esto”.

T: “Bueno, ALGO hizo”. Y procede a darme los ‘papelitos’ y explicarme lo que tengo que tomar, cuántas sesiones de kinesiología tengo que hacer, etc. etc.

Yo: “¡Y yo que pensaba que me apreciaba. Ja ja”.

T: “Después que se tome la primera pastilla se va a dar cuenta de que la aprecio mucho. Y la quiero ver en una semana – se sienta mal o bien”.

 

Como siempre, me mira fijo como para grabar el mensaje y yo le devuelvo la mirada fija con el ojo izquierdo.  El ojo derecho… y bué …. Siempre mira para otro lado…

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario