lunes, 10 de agosto de 2015

Diálogo con Policía Informante (No los que aparecen en las series o películas sino los que encontramos en los edificios públicos y sin los cuales iríamos a parar a cualquier lado menos a la oficina que buscamos)

Entro en agencia recaudadora – no voy a decir si nacional o provincial para mantener la identidad del PI en reserva. Como no hay ningún escritorio de información, me dirijo al único uniforme que veo.

Yo: “Buen día.”
PI: “¿Con este clima? Ud. debe ser muy optimista.” (Bué, empezamos mal, che)
Yo: “Ja, ja. Ojalá mi optimismo me dure lo que me va a llevar el trámite que tengo que hacer.” (Hago pausa para darle pie a que pregunte de qué trámite hablo – pero nada) “Es esto.” (Y le muestro el papel con el que tengo que presentarme)
PI: “A ver …. Ajá…. Ajá…. Uhm…. (Y termina de leer hasta la letra chica) Hoy no va a poder ser.”
Yo: (Dejando que mi sorpresa y desilusión se note en mi entonación) “¿Eh? ¿Por qué? ¿Por qué llueve?”
PI: “Ja, ja. No. Porque hoy no se hace ese trámite. Vino el único día que ese trámite no se hace.” (Menea la cabeza) “No sé por qué la gente no se informa” (Ya me calenté, pero aún conservo la habilidad docente de hacer que no se me note)
Yo: “En la página web no dice nada de eso.” (¡Tomá! Yo traté de informarme)
PI: “¿Ud. es de las que cree en todo lo que aparece en internet?” (No sé para qué sigo con esta conversación – es decir, sí sé: a ver si le saco cuándo ca…jo tengo que volver)
Yo: “Bueno, uno espera que por lo menos las páginas del gobierno informen bien.
PI: “No, no. ‘Bad informeiyon. Bad informeiyon. Ja, ja.” (Esta imitación de la Sra. Presidente -que le sale de 10 - me toma totalmente por sorpresa) Un chistecito para que pase el mal trago de haber venido al … eh…. para nada.” (Por enésima vez: ¡¿a mí me tocan todos?!)
Yo: (Con prótesis en modo ‘sonrisa’ para que no crea que su esfuerzo se desperdició) “¿El trámite no lo puedo hacer por internet?”
PI: “Sí puede. Pero primero tienen que asesorarla.”
Yo: “Eso sí decía la página. Y a eso vine.”
PI: (Mientras vuelve a mirar el papel que le di) “A ver.” (Y procede a ‘asesorarme’ de una manera tan didáctica que se merecería un título docente) “Acá le anoto todo. Pero va a tener que venir mañana o pasado  - NO un lunes – porque le tienen que dar papelería que yo no tengo.”
Yo: “La verdad, yo recomendaría que le dejaran la papelería ya que ‘asesora’ tan bien.”
PI: “¡Ni loco! ¡A ver si me dan horas extras y tengo que pagar impuesto a las ganancias! Ja, ja.”
Yo:  “Soy jubilada docente con 34 años de aportes y  pago ese impuesto, pero no me molesta el chiste.” (Tengo que hacer fuerza para articular esto sin apretar los dientes por la bronca, y pienso: ‘hora de retirarme’) “Bueno _”
PI: “¿Es jubilada y paga impuesto a las ganancias? ¿Y para qué quiere hacer este trámite? ¡Le van a seguir robando!” (Decí que pone cara de conmiseración – casi lástima – porque si no termino en una comisaría por ‘atentar contra la autoridad’)
Yo: “Y, me piden que presente esto….”
PI: “¡Hágase la sota! (Años que no escuchaba esa expresión) ¿Sabe a cuántos les llega esto? ¿Sabe cuántos de esos se presentan? Algún que otro … eh … tonto.” (Menos mal que éste parece no tener ‘otro yo’, porque si no ya sabemos qué palabreja usaría)
Yo: “Bueno. Muchas gracias por todo.”
PI: “Por nada. Por nada.”


Salgo pensando que no le di las gracias ‘por nada’. Me asesoró, y me confirmó lo que Mi Otro Yo siempre dice de mí. En fin …. Mañana será otro día.

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