Diálogo con Policía Informante (No los que aparecen en las series o
películas sino los que encontramos en los edificios públicos y sin los cuales
iríamos a parar a cualquier lado menos a la oficina que buscamos)
Entro en agencia recaudadora – no voy a decir si nacional o provincial
para mantener la identidad del PI en reserva. Como no hay ningún escritorio de
información, me dirijo al único uniforme que veo.
Yo: “Buen día.”
PI: “¿Con este clima? Ud. debe ser muy optimista.” (Bué, empezamos mal,
che)
Yo: “Ja, ja. Ojalá mi optimismo me dure lo que me va a llevar el
trámite que tengo que hacer.” (Hago pausa para darle pie a que pregunte de qué
trámite hablo – pero nada) “Es esto.” (Y le muestro el papel con el que tengo
que presentarme)
PI: “A ver …. Ajá…. Ajá…. Uhm…. (Y termina de leer hasta la letra
chica) Hoy no va a poder ser.”
Yo: (Dejando que mi sorpresa y desilusión se note en mi entonación) “¿Eh?
¿Por qué? ¿Por qué llueve?”
PI: “Ja, ja. No. Porque hoy no se hace ese trámite. Vino el único día
que ese trámite no se hace.” (Menea la cabeza) “No sé por qué la gente no se
informa” (Ya me calenté, pero aún conservo la habilidad docente de hacer que no
se me note)
Yo: “En la página web no dice nada de eso.” (¡Tomá! Yo traté de
informarme)
PI: “¿Ud. es de las que cree en todo lo que aparece en internet?” (No
sé para qué sigo con esta conversación – es decir, sí sé: a ver si le saco
cuándo ca…jo tengo que volver)
Yo: “Bueno, uno espera que por lo menos las páginas del gobierno
informen bien.
PI: “No, no. ‘Bad informeiyon. Bad informeiyon. Ja, ja.” (Esta
imitación de la Sra. Presidente -que le sale de 10 - me toma totalmente por
sorpresa) Un chistecito para que pase el mal trago de haber venido al … eh….
para nada.” (Por enésima vez: ¡¿a mí me tocan todos?!)
Yo: (Con prótesis en modo ‘sonrisa’ para que no crea que su esfuerzo se
desperdició) “¿El trámite no lo puedo hacer por internet?”
PI: “Sí puede. Pero primero tienen que asesorarla.”
Yo: “Eso sí decía la página. Y a eso vine.”
PI: (Mientras vuelve a mirar el papel que le di) “A ver.” (Y procede a ‘asesorarme’
de una manera tan didáctica que se merecería un título docente) “Acá le anoto
todo. Pero va a tener que venir mañana o pasado
- NO un lunes – porque le tienen que dar papelería que yo no tengo.”
Yo: “La verdad, yo recomendaría que le dejaran la papelería ya que ‘asesora’
tan bien.”
PI: “¡Ni loco! ¡A ver si me dan horas extras y tengo que pagar impuesto
a las ganancias! Ja, ja.”
Yo: “Soy jubilada docente con 34
años de aportes y pago ese impuesto,
pero no me molesta el chiste.” (Tengo que hacer fuerza para articular esto sin
apretar los dientes por la bronca, y pienso: ‘hora de retirarme’) “Bueno _”
PI: “¿Es jubilada y paga impuesto a las ganancias? ¿Y para qué quiere
hacer este trámite? ¡Le van a seguir robando!” (Decí que pone cara de
conmiseración – casi lástima – porque si no termino en una comisaría por ‘atentar
contra la autoridad’)
Yo: “Y, me piden que presente esto….”
PI: “¡Hágase la sota! (Años que no escuchaba esa expresión) ¿Sabe a
cuántos les llega esto? ¿Sabe cuántos de esos se presentan? Algún que otro … eh
… tonto.” (Menos mal que éste parece no tener ‘otro yo’, porque si no ya
sabemos qué palabreja usaría)
Yo: “Bueno. Muchas gracias por todo.”
PI: “Por nada. Por nada.”
Salgo pensando que no le di las gracias ‘por nada’. Me asesoró, y me
confirmó lo que Mi Otro Yo siempre dice de mí. En fin …. Mañana será otro día.
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