miércoles, 26 de junio de 2019


Diálogo con Empleado de la Revisión Técnica Obligatoria.                                            10/05/2019
                               

Realizo todos los pasos de la RTO sin caer en las fosas ni descolocarme la cadera en los rodillos esos que te sacuden como si estuvieses bailando zumba sin los movimientos lentos que dicha danza incluye. Retiro los papeles y salgo de la oficina en búsqueda del señor que siempre te coloca la oblea.

ERTO: (¡Lean bien la sigla, mal pensados!) “¿Listo?”
Yo: “Si. Todo bien.” (Le paso la oblea para que la pegue en el parabrisas - y me resigno a que la estampe donde se le ocurre, como de costumbre).
ERTO: (Parece no entender algo) “¿Ud. no estuvo por acá hará 15 días?”
Bueno, los atributos físicos que me hacían inolvidable en la juventud han desaparecido con los años, pero evidentemente a mi ojo derecho no hay con qué darle en el rubro ‘memorable’…
Yo: “Ajá” (Y fijo la mirada en la oblea que tiene en la mano como para señalarle que algo tiene que hacer con eso)
ERTO: “Pero vino en un Corsa Classic , gris … eee … dos veces.” (Me mira y ya no puedo escapar a la explicación).
Yo: “Sí, tal cual”. Y vine dos veces porque tenía el equipo de gas desconectado. ‘O conectado o retirado del vehículo’ me dijeron. (Digo esto último imitando al cascarrabias de la oficina).
ERTO: (Se larga una carcajada y mira para la oficina – gesto que demuestra que entendió perfectamente quién me lo dijo). “Y este es otro Corsa, pero  Celta y rojo.” (Bueno, che, ya entendí que te sabés las marcas y modelos de autos además de poder distinguir colores. Ahora, ¿podrías pegarme esa porquería así me voy?)
“¿Cambió de auto?” (¡Cómo me gustan esas obviedades con tono de pregunta! Te dan ganas de decir algo como ‘¡Elemental mi querido Watson!’)
Yo: “Ajá” (Entonación de ‘¡dale que estoy apurada!’ que le resbala totalmente)
ERTO: “También usado,  ¿no?”
Yo: “Sí”. (Para variar el ‘ajá’, ¿vio?) “Es 2012” (¿Para qué esperar la pregunta? A veces es mejor facilitar la información)
ERTO: “¡Pero está impecable!”
Yo: “Sí”. Y_
ERTO: “Debe sentir la diferencia. Estos son picantes.” (Bueno, menos mal que ya había escuchado ese calificativo aplicado a los autos)
Yo: Me río y opto por ser directa. “¿Me pega la oblea?” (Omito ‘en el parabrisas’ porque se supone que allí va)
ERTO: “Claro, claro.” (Y procede a colocarla para el traste, encimándola a una parte de la oblea vencida que tengo que retirar. ¡El trabajo que me va a dar sacar eso sin dañar la nueva! En fin…)
ERTO: (Claramente satisfecho con su obra de arte) “Bueno, Sra., listo.”
Estoy a punto de agradecerle mientras me subo al auto cuando se descuelga con: “Disfrute del auto nuevo. ¡Y espero que la próxima vez venga con un O km!”
Yo: (Después de considerar brevemente mandarlo a … eee … pegar otra oblea, elijo la ironía) “Sí. El próximo va a ser un Mini Cooper”.
ERTO: “Ja ja. ¡Y quién le dice! Capaz que sí.”
¡O la ironía le pasó por el costado, o me tomó el pelo olímpicamente!

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