lunes, 25 de enero de 2016

Diálogo con Mi Otro Yo ( Y, sí, hoy tenía que aparecer después del ‘episodio’ con la pala)

Estoy sentada en un sillón a la sombra de la acacia y colocándome hielo en el ojo cuando…

MOY: “¡Hola, hola, hola!”
Yo: (Con el entusiasmo de alumno que saluda la mesa de examen) “Hola. Qué milagro que apareciste”
MOY: “Milagro es que no te sacaras el ojo derecho. Bueno… pensándolo bien, ¿para qué lo querés, no?
Yo: “Mirá, me duele el ojo, tengo un corte en la ceja, y se me está hinchando la parte de arriba del ojo … O sea, ¡desaparecé!”
MOY: “El arco superciliar derecho.”
Yo: “¿Eh?”
MOY: “El lugar donde tenés esa ‘bolsa’ que va tomando los colores del arco iris es el arco superciliar derecho. Lo ‘googlié’.”
Yo: “Vos sí que estás al reverendo … eh … gas, ¿no?”
MOY: (Sin darme cinco de bolilla) “¿Vos me querés decir qué hacías con la pala de hierro? Aparte de casi partirte la cabeza, claro.”
Yo: “Estaba tratando_”
MOY: (Interrumpiendo como es su costumbre) “¿De autoagredirte? Mirá que tenés otros episodios, ¿eh? ¿Te acordás cuando le pegaste el frentazo a la silla de algarrobo? Si te querés suicidar, ¿por qué no seguiste con la docencia?”
Yo: (Acomodando la bolsita de hielo) “Voy a ser grosera: me tenés hinchadas las _”
MOY: “EL – no LAS – el arco superciliar derecho tenés hinchado – es más, me parece que te está sangrando la ceja de nuevo.”
Yo: (Me paso el dedo por el lugar indicado y, efectivamente, está sangrando) “Vos me hacés subir la presión y por eso me sangra de nuevo. ¡Haceme un favor y llamate a silencio!”
MOY: “Yo me llamaría  a silencio. Pero alguien te tiene que decir que dejés de hacer boludeces.”
Yo: “¡Y apareció tu palabra preferida!”
MOY: “No. Mi palabra preferida es ‘boludez’. Pero ya que me lo pedís, lo que hiciste fue una BO-LU-DEZ.” (¡Y se le nota el tono de satisfacción a la muy HDP!)
Yo: “¡Dejate de JO-DER! ¡Sos más pesada y pegajosa que el calor que hizo hasta ayer!”
MOY: “¡Ah! ¡Ya sé! ¡La gotita! ¿Viste que a los boxeadores cuando les hacen un corte les ponen la gotita?”
Yo: “La gotita te pondría yo a vos en la boca para no tener que aguantarte.”
MOY: “Está bien. Si no querés consejos…. pero acordate: ‘lo que la gotita pega, nada nada lo despega. Jaaaaaaaaaaaaaaaaaaa”
Yo: “¿Te podés ir a la Mier….?”
MOY: “Como nó. Vuelvo a tu cerebro entonces. Pero yo que vos dejo de tratar de sacar esos yuyos con la pala de hierro. Acordate lo que decía Miguel de Unamuno: “El modo de dar una vez en el clavo es dar cien veces en la herradura”. No creo que tu cráneo resista cien golpes con la pala, ¿vió?”


Ya sé que lo he dicho muchas veces, ¡pero que es una HDP, ES una HDP!